jueves, 6 de febrero de 2014

Reciclan vieja casona en Funes para abrir un spa integral


La propuesta incluye desayunos naturales, pileta
y eventos para los más chiquitos
Fuente: Punto Biz

Aunque muchas veces se escuche la frase “para estar linda, hay que sufrir”, la realidad es que la belleza está más ligada al bienestar mental y corporal que a cualquier otra cosa. Por eso, una empresaria rosarina recicló una vieja casona en Funes y la convirtió en spa. Aprovechando el verde del inmueble, pensó en el patio central para ofrecer momentos de relajación con desayunos naturales disfrutando de una pileta. Y como si fuera poco, le encontró otra pata al negocio y organiza cumpleaños para niñas en el lugar.

Uno de los lugares que piensa en ese bienestar corporal es Akari, un nuevo centro de salud y estética ubicado en Funes, que abrió sus puertas hace dos semanas en una casa abandonada que reciclaron y adaptaron para convertirla en el lugar de relajación perfecto.

En total, son cinco las personas que trabajan en este espacio de más de 300m2, entre masajistas, kinesiólogo, nutricionista y cosmetólogo, que ofrecen a sus clientes diversos tratamientos estéticos, pero sobre todo, de relajación, en este enclave ambientado totalmente en la naturaleza y que posee un gran patio central de césped y una pileta donde los clientes pueden disfrutar de desayunos o meriendas a base de frutas y de aperitivos a base de infusiones.

El interior está dividido en diferentes boxes, todos con vistas a la piscina, y donde los clientes reciben los distintos tratamientos, que van desde la más tradicional sauna, los masajes relajantes, la pedicura o la reflexología hasta una sesión de body painting. Así mismo, hay promociones de aparatología, como presoterapia, mesoterapia o vendas frías.

Akari abre sus puertas de lunes a viernes de 9 a 17, y ya encontró otra pata del negocio. Es que además, ofrece la organización de cumpleaños de las más pequeñas de la casa: el spa de niñas, en el que ofrecen a un grupo de chicas algunos de los servicios del lugar, como pintura de manos o maquillaje facial (todo con pintura fácilmente lavable) para que disfruten de un verdadero día de spa como el de los mayores.

Su dueña, una empresaria rosarina, nunca antes había tenido contacto con el rubro, pero se lanzó al vacío con este negocio. Pero tras pensarlo un tiempo, realizó un estudio de mercado y se dio cuenta que el negocio le cerraba. Además, para tener conocimientos sobre el tema, se capacitó en cosmiatría.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Y dónde queda?

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