martes, 11 de enero de 2011
Culto a la precariedad
No estamos arriesgando demasiado al conjeturar que los funcionarios municipales no son asiduos visitantes de los barrios de la ciudad, de lo contrario no se explicaría la presencia de este desalineado y descuidado cartel de señalización vial atado con hilos a un poste frente al Cementerio San Pedro, sobre avenida Pedro Rios.
La precariedad evidente que delata este cartel de "maxima 40" no deja lugar a dudas. Si un funcionario tuviese la oportunidad de ver semejante muestra de miseria seguramente por verguenza lo haría retirar, y en todo caso reemplazar por una señalización adecuada colocada como corresponde.
La nota de color la dá el poste al cual está sujeta esta "señalización vial". Todos recordamos que ese poste pintado de color verde formaba parte de un dispositivo que se instaló apenas inaugurada la remodelación del camino del cementerio. Consistía en dos postes conectados entre sí con una cadena que -en teoría- debía impedir que circulen por este camino los vehículos de gran porte como ser camiones. Claro que el dispositivo duró un suspiro, hasta que pasó el primer camión y se lo llevó puesto. Lo propio ocurrió en el otro extremo, donde finaliza el pavimento de Jorge Newbery. Va de suyo que nunca mas se volvió a reparar el dispositivo así como tampoco se lo reemplazó por algo que funcione efectivamente. Precariedad, abandono y desidia.
Quiero pensar que este cartel de "Maxima 40" se trató de un "microemprendimiento" de algún vecino que, cansado de los excesos de velocidad de la avenida y ante la falta de respuestas del municipio para hacer obras de infraestructura sobre la citada Avenida, hizo el cartel como pudo y lo presentó de la mejor forma posible. Pero no deja de ser una verguenza para propios y extraños.
No se trata de una novedad. Ante la falta de intervención del estado municipal no son pocos los vecinos del barrio que en alguna oportunidad han tenido que hacer zanjeo, reparar baches, hacer tareas de riego en las calles, colocar luminarias en espacio público o construir lomos de burro. Es tal la despreocupación y falta de colaboración de la Municipalidad en nuestro barrio que no sorprende este tipo de acciones precarias.
Pero no solamente el cartel causa estupor y verguenza ajena. El estado de la Avenida es patético, plagado de pozos y devenido en pista de carreras ante la ausencia total de dispositivos reducidores de velocidad. Comenzando por las condiciones en las que se encuentra la prologanción de la Avenida Jorge Newbery, continuando por el recientemente remodelado camino frente al cementerio, y continuando con el resto de la avenida hasta su intersección con Independencia. Es una seguidilla de interminables baches.
En el margen sur de la avenida, y sobre el cantero central se erige un yuyal que evidencia la falta de mantenimiento de uno de los sitios mas bellos de la ciudad, donde mañana tarde y noche los vecinos se dan cita para caminar o trotar junto a las vias del ferrocarril.
No está mal contruir veredas en el centro, hacer un programa de reciclado (también en el centro), gastar un dinero en tirar fueguitos artificiales con un par de números músicales para fin de año, y pavimentar calles donde hay frentistas que puedan costearlas, pero de vez en cuando es bueno desviar un poco la atención (y algunos fondos) a los barrios que tambien pagan impuestos dignos de una ciudad europea y cuyos habitantes no pueden evitar sentirse una y otra vez, como el "último orejón del tarro".
Será cuestión de esperar que las autoridades competentes terminen sus vacaciones y se hagan un tiempo para recorrer la zona, y puedan observar lo que para nosotros es un panorama cotidian, un culto a la precariedad. Pueden empezar con el cartel.
1 comentario:
es verdad todo lo que dice la avenida p rios es un desastre cuando van arreglar esa avenida definitivamente, por que tanta historia para aumentar el impuesto minicipal fue rapido en un 70 % en mi caso y la sanja y avenida estan igual hace años.
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