lunes, 29 de diciembre de 2008
La historia de las cosas
Pocos títulos podrían sonar más pretenciosos que La historia de las cosas. Sin embargo, el video que en 20 minutos (en 3 partes) pretende explicar cómo funciona la economía global es furor en internet: casi cinco millones de personas ya mostraron su avidez por saber cómo la humanidad malgasta sus recursos y echa a la basura cada vez más cosas en menos tiempo. La responsable del fenómeno es la periodista y militante ecologista Annie Leonard.
A ritmo acelerado y con dinámicas animaciones de fondo, The Story of Stuff describe el lado oculto de patrones de consumo que están llevan a un mundo cada vez menos sustentable. Entre otros puntos, logra humanizar el frío concepto de “sistema” y vincular las grandes explicaciones sobre economía global con los pequeños comportamientos cotidianos.
Todo empieza con una pregunta simple: “¿De dónde viene lo que compramos y adónde va cuando lo tiramos?”. Leonard viajó por el mundo en busca de una respuesta, materializada en este corto que se define por su explicación inicial: las cosas se mueven en la economía de los materiales, un sistema que está en crisis porque nunca tuvo en cuenta a quienes viven y trabajan en él.
Para la periodista, la fase de extracción debería llamarse “Destrozar el planeta”: en las últimas tres décadas se consumió un tercio de los recursos naturales mundiales. Estados Unidos tiene el 5% de la población, pero usa el 30% de los recursos. Respecto de la siguiente fase, el corto denuncia que la producción mundial utiliza 100 mil químicos sintéticos, que en su gran mayoría no fueron evaluados por su impacto en la salud. En el consumo y la distribución es donde más claramente se ve cómo el capitalismo mantiene los precios bajos pagando sueldos miserables y externalizando costos: para hacer una radio de cinco dólares se puede extraer el petróleo en Irak, producir el plástico en China y realizar el ensamblado en México. La fase del descarte es quizá la más impactante: “El 99% de las cosas que extraemos, procesamos y transportamos es basura en seis meses”, se queja Leonard.El video sitúa el problema en un contexto temporal.
Luego de la Segunda Guerra Mundial, el analista de ventas Victor Lebow lo describió así: “Nuestra economía demanda que hagamos del consumo nuestro modo de vida, que convirtamos la compra y el uso de bienes en rituales, que busquemos nuestra satisfacción espiritual en él”, fue su manifiesto.
El consumismo nos convence de desechar cosas aún en uso. Es el lado perverso de la moda: quien no contribuye es menos valioso. Todo en medio de una “rueda loca” que nos lleva a trabajar, mirar publicidades que nos dicen que “apestamos”, comprar para no deprimirnos y volver al trabajo... Y ya en la fase de descarte, explica Leonard, enterrar y quemar la basura contamina el ambiente y contribuye al cambio climático.
En definitiva: el sistema hace agua por todos lados porque desecha los recursos y a las personas. “Las cosas realmente van a empezar a moverse cuando veamos las conexiones”, razona Leonard, para quien la clave está en las energías renovables y las economías regionales. “Algunos dicen que no es realista, pero no son realistas los que quieren seguir por el viejo camino”, explica.
La esperanza tiene sustento: el video se vio 2.627.202 veces en Estados Unidos, más que en ningún otro lado (la Argentina está en un sorprendente decimoquinto lugar). Los especialistas lo consagraron antes de su inminente aparición como libro. Para el director de Greenpeace, Estados Unidos es “un megahit que enseña todo lo necesario sobre economía global” y Jerry Mander, del Foro Mundial sobre Globalización, dijo que merece un Oscar por ser “la explicación más clara de los impactos intrínsecos a una economía sobreconsumista, despilfarradora y manejada por corporaciones”.
Parte 1/3
Parte 2/3
Parte 3/3
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