Los ladrones bajaron de un costoso vehículo y arrasaron con la mayoría de las
cosas de casa. Encerraron a una pareja y su bebé. Se fueron en un Citroën C3
hasta con los pañales y peluches de la criatura.
cosas de casa. Encerraron a una pareja y su bebé. Se fueron en un Citroën C3
hasta con los pañales y peluches de la criatura.
Luego de 45 minutos de saqueo, dejaron un consejo: "Hagan laburar a la policía así lo encuentran rápido", les dijeron sobre el Citroën C3 que se llevaron "sólo para cargar las cosas" y que prometieron "dejar tirado" en las inmediaciones. "A tu auto no lo necesitamos, mirá la nave en la que vinimos", alardearon, en referencia al lujoso sedán de 4 puertas que en la oscuridad de la cuadra podía ser un Audi, un Vento o un Megane. Y huyeron con todo lo que pudieron: más de 3 mil pesos en efectivo, electrodomésticos, una notebook y hasta un oso panda de peluche de un metro de alto.
"Se llevaron hasta los juguetes del bebé", dijo ayer Leonardo entre la sorpresa y la indignación, mientras contaba el robo que sufrió el martes a la noche en su casa de Funes. Eran entre las 23.15 y las 23.30 cuando este empleado de 43 años llegaba a su vivienda de Los Robles al 400. La cuadra estaba a oscuras desde que el fin de semana se había cortado el alumbrado público. Dejó su Citroën C3 contra el portón y bajó a abrirle la puerta a su esposa Marcela, quien llevaba a su pequeño hijo en brazos.
"Como siempre, cerré el portón para que no se escaparan los perros. Abrí la puerta a mi mujer y volví para entrar el auto. Entonces vi un par de luces. Cuando terminé de estacionar veo por el retrovisor que un coche se detiene a la altura de mi casa. Eso no me gustó, pero pensé que se habían perdido y que me iban a preguntar algo. Bajé del auto y ya tenía uno encima encañonándome", narró.
"Quedate tranquilo, vamos a llevarnos cosas que necesitamos", contó Leonardo que le dijo el ladrón, bien vestido y a cara descubierta, apoyando el arma en su espalda. Así entraron a la casa y dejaron al matrimonio y al bebé de 4 meses en el dormitorio. "El bebé se puso a llorar y el tipo dijo que lo calmáramos, pero de buena manera", dijo.
Todo lo enchufable.
Leonardo y su familia viven en una casa tan amplia como sencilla a una cuadra de la ruta 9, donde comienza Funes. Casi ostaculizando el ingreso a la casa, ayer junto a la puerta había un enorme televisor en el piso. "Pesa como 50 kilos, no entraba fácil en un auto", decía Leonardo sobre el único electrodoméstico que los ladrones dejaron.
"Todo lo que tuviera enchufe lo llevaron. Hasta la plancha y mi máquina de afeitar", resumió respecto del botín, que incluyó una notebook, un televisor 21 pulgadas de pantalla plana, una cámara digital, un teléfono inalámbrico, un celular y el horno a microondas.
"También nuestras alianzas y lo que encontraron de oro, y un reloj muy bueno que me había regalado ella", recordó con pesar señalando a su esposa, que continuó con lo más absurdo del inventario: "Se llevaron todos los pañales y hasta los peluches del bebé. Claro, tiene 4 meses, son todos regalos recientes", enumeró Marcela.
"Si hubiera tenido 20 mil pesos capaz que se iban enseguida con la plata, pero al no encontrar más se quedaron a revolver todo", consideró Leonardo, mientras su mujer recordaba la única amenaza que le profirieron los maleantes: "A vos y al bebé no le vamos a hacer nada, pero más vale que no encontremos nada de lo que me están negando porque tu marido la va a pasar feo", contó que le dijo uno de ellos. Sin embargo, dentro del saldo la pareja no tuvo que lamentar daños que no fueran materiales.
Gentileza.
Luego de vaciar el placard de él para llevarse ropa, calzado y hasta un perfume, llegó la hora de la retirada.
"Les pedí que no se llevaran el auto, que lo necesitamos porque tenemos un bebito. Me dijeron que me quedara tranquilo, que lo usaban para llevarse las cosas y después lo tiraban por acá", indicó Leonardo sobre el Citroën azul que al cierre de esta edición no había aparecido.
Y así se fueron, no sin antes aconsejar cómo recuperar el auto y conceder una gentileza: "Por lo menos nos dejaron la sillita del bebé".
"Nuestra presencia les convino"
Tensos por la noche vivida, Leonardo y Marcela aceptaban que el lugar donde viven no es el mismo al que se mudaron 14 años atrás en busca de una tranquilidad que, según la mujer, disfrutaron hasta hace un lustro.
Los cortes de luz en la zona suelen venir acompañados por robos, dijo Leonardo, estén los dueños presentes o no en sus casas.
“En este caso supongo que les convenía esperarnos”, aventuró Leonardo sobre los “tres o cuatro” ladrones que lo sorprendieron. “Al ser así no necesitaban desactivar la alarma, los perros no ladran porque estamos nosotros. Y el auto podría ser el de alguna visita. Tuvieron tiempo para llevarse lo que quisieran”
No hay comentarios:
Publicar un comentario