miércoles, 8 de mayo de 2013

Una chica de 16 años fue asesinada, descuartizada y arrojada a un pozo en Funes



Una chica de 16 años fue asesinada, descuartizada y arrojada a un pozo en Funes

Macabro hallazgo en un humilde barrio de Funes. Apresaron a un hermano del padrastro de la menor, que era madre de una beba y ya había denunciado al hombre por abusos.
 

María Florencia Chanampa tenía 16 años y era madre de una pequeña beba. Vivía en una humilde casa del barrio Villa Elvira, en Funes, desde donde había desaparecido la mañana del lunes. Esa misma noche su madre hizo la denuncia por averiguación de paradero en la seccional 23ª y ayer por la mañana los pesquisas le dieron la peor de las noticias. El cadáver de la adolescente fue hallado desmembrado en 14 pedazos y en el pozo ciego de la vivienda de un tío político, en el mismo terreno donde ella vivía. El hombre, de 42 años y apodado Chicho, o El chileno, fue apresado y quedó a disposición del juez de Instrucción Javier Beltramone. Ante la policía habría reconocido ser el matador de la adolescente.

El detenido es hermano del padrastro de la víctima, trabaja como vigilador privado en una obra en construcción ubicada en inmediaciones de las rutas 9 y A-012 y, según coincidieron fuentes policiales y vecinos de la zona noroeste de Funes, tiene varias denuncias por abuso sexual. Una de ellas, al menos, por haber intentado abusar de Florencia cuando la nena tenía 8 o 9 años. Aquella denuncia también fue radicada en la comisaría 23ª de Funes, pero nada se hizo al respecto y tanto la víctima como el victimario residían en el mismo predio aunque en precarias habitaciones separadas.

En una construcción en "L" hecha por etapas, de material pero muy humilde, Flopy vivía con su hija de un año y medio. Es una tapera techada con chapas y nailon cuyo ingreso da a calle General Paz al 500. Su tío político, René El chileno S. residía en el fondo de ese predio. Y la madre de la muchacha, con su pareja y el resto de los hermanos, en una casita de material que tiene su ingreso por calle Esteban de Luca, al lado de una iglesia pentecostal.

Vivía con temor. "Flopy se quería ir porque tenía miedo que El chileno le hiciera algo a su beba. Pero no tenía a dónde ir. Quiso vivir con la madre, pero el padrastro la echó. Fue a acción social de la Municipalidad (Coordinación de Gestión Social) para pedir unas chapas y mirá lo que le dieron, unos ladrillos y nailon para cubrir el techo. ¿Sabés qué es lo que indigna? Que ahora aparece la asistente social y Flopy iba todos los días a manguear chapas y no se las daban. ¿Sabés que le decían? Vaya a trabajar que usted es joven. Y mirá donde terminó viviendo. En una casa al lado de la persona que ella denunció por abuso sexual", dijo masticando bronca una de las amigas de la piba asesinada mientras esperaba que los bomberos retiraran los pedazos del cuerpo del pozo ciego.

Todo empezó a conocerse cuando la madre de Flopy llegó del trabajo a su casa el lunes al mediodía y se topó con El chileno, su cuñado, quien le entregó a su pequeña nieta por arriba de un tapial. "Tu hija se fue a lo del novio y me dejó la nena", le dijo el hombre y le entregó la criatura. Pero a las 20 de ese mismo lunes, la mamá de Florencia fue a la comisaría 23ª y radicó una denuncia por averiguación del paradero de Florencia. Y como no hubo novedades en toda la noche, ayer a las 9.30 regresó a la seccional y relató que era muy raro que su hija desapareciera y que no se llevara el celular, aparato que quedó en su domicilio. Otro detalle que aportó la mujer a los pesquisas fue la sospecha contra su cuñado, basada en las antiguas denuncias por abuso que existían.

Macabro. Ante esos datos, los efectivos de la 23ª fueron hasta la casa de General Paz 587. Golpearon la puerta y los recibió El chileno, quien no tuvo problemas en dejarlos pasar. Los pesquisas vieron una moto tipo enduro sin su rueda trasera, algunas manchas de sangre en el piso, ropa lavada recién tendida en una soga y la mano izquierda del hombre con una lastimadura.

Mientras recorrían la finca, uno de los policías corrió un balde que cubría la boca del pozo ciego y se topó con una imagen truculenta: el cuerpo de Flopy trozado en pedazos. René S. fue sacado en patrullero del barrio y una vez en la comisaría confesó ante la policía.

El hombre habría relatado que tuvo una discusión con Florencia, que la golpeó y la mató. Y que luego trozó el cuerpo y lo arrojó por la boca del pozo negro, un cuadrado de 30 por 30 centímetros. De la casa los policías se llevaron un machete y un cuchillo serrucho, herramientas supuestamente utilizadas por el homicida.

"Vos lo veías a El chileno y era un tipo recontra normal. No tenía problemas con nadie y no daba el aspecto de ser un mal vecino", explicó un lugareño. Ahora René S. deberá darle explicaciones de sus actos al juez Beltramone. Si bien el acusado admitió su responsabilidad frente a los policías, esa declaración no tiene validez ante el juzgado de Instrucción.


"Ella era una madraza"

Florencia Chanampa era la mayor de cinco hermanos.
Nació y se crió en una casa de General Paz entre Esteban de Luca y Las Rosas,
en el barrio Villa Elvira de Funes.


Florencia Chanampa era la mayor de cinco hermanos. Nació y se crió en una casa de General Paz entre Esteban de Luca y Las Rosas, en el barrio Villa Elvira de Funes. El lugar, poblado de vecinos pobres y trabajadores limita con el barrio cerrado Funes City y se erige a unos mil metros del aeropuerto internacional de Rosario, a 300 metros del cementerio funense y a unos 200 metros de la vía. Hace un año y medio Flopy había sido madre. "Una nena mamá", como la definieron sus amigas. "Ella era una madraza. Una piba que no se movía sin su hija. No iba ni al baile. Donde vos la veías estaba con su hija. Ella se quería ir de ahí, del barrio. Pero ¿a dónde? Estuvo viviendo un tiempo con unos vecinos en Villa del Sol (un barrio al norte de Funes y a unas 15 cuadras de su casa). Todo esto se podría haber evitado si la hubieran ayudado. Si le hubieran dado una salida", indicó una vecina que contenía a la adolescente cuando la suerte le era esquiva.




El asesinato de Florencia


La policía encontró en la cámara séptica de la casa del hombre el cuerpo descuartizado de la adolescente. Familiares de la víctima aseguran que el pariente - ahora detenido- había sido denunciado por la madre de Florencia por violencia física y sexual.

Por Luis Bastús y Pablo Fornero
Fuente: Rosario/12


Florencia iba a cumplir mañana 17 años. Acaso los habría celebrado con su beba de un año y medio en la piecita de ladrillo hueco sin revoque que la trabajadora social de la Municipalidad de Funes le hizo construir al frente, entre el patio de su mamá y el patio de su tío político, El Chileno. Este hombre de 47 años está detenido desde ayer a la mañana, cuando la incógnita sobre el paradero de Florencia se develó horrorosa: la policía encontró en la cámara séptica de la casa del hombre el cuerpo descuartizado de la adolescente. Familiares de la víctima aseguran que el pariente acusado había sido denunciado dos veces por la madre de Florencia por violencia física y sexual. Mientras tanto, todos siguieron conviviendo sin que mediara una intervención estatal para prevenir lo que al final acabó por suceder.

Primas y amigas de Florencia estaban consternadas ayer en la humilde vivienda de General Paz al 500, la primera cuadra de Funes después del aeropuerto, y detrás del cementerio local. No se explicaban cómo a Chicho, o El Chileno, como le dicen a René Ch., algún juez no le hubiera ordenado alejarse de Florencia y su beba, a juzgar por las denuncias que la madre de la joven ya había radicado en su contra. Y hasta aseguraron que alguna vez trabajó como portero en una escuela hasta que debió dejar por quedar enredado en una denuncia de abuso sexual contra una alumna.

Ahora, dicen, este hombre se ocupaba como vigilador privado, luego de haber sido cartero. El lunes a la tarde, su cuñada -madre de Florencia- lo llamó a través del portoncito y le preguntó por la chica. El Chileno le entregó la beba y le dijo a la mujer que Florencia había salido a hacer un mandado. Al caer la noche, como la adolescente no regresaba, su madre radicó la denuncia en la seccional 23ª.

Ayer de mañana, la mujer volvió a la comisaría para contar su mala espina: reveló que su cuñado, El Chileno, hermano de su concubino, había abusado de Florencia cuando ésta tenía 10 años. Con ese dato, la policía fue hasta la casa del tío político de la joven desaparecida, junto al perímetro del aeropuerto, en el barrio Villa Elvira, donde Funes no luce sus conocidos chalets y caserones con pileta. Eran las 11.30. Las evasivas del comienzo se derrumbaron cuando los agentes repararon en el desorden de la cocina y en los restos de sangre hallados en un cuchillo y en algunas prendas mal lavadas. La evidencia hizo que El Chileno confesara allí mismo el crimen de su sobrina postiza, delante de la beba, y la horrenda faena posterior. "Observamos un balde con tierra fresca que disimulaba el pozo ciego; ahí se destapó y se hallaron restos humanos", indicó el titular de la comisaría local, Ronald Cuñé. La boca del sumidero está en el centro del patiecito delantero, a simple vista desde la vereda. Allí los bomberos fueron sacando los restos de Florencia, seccionada en trece partes.

El Chileno quedó detenido allí mismo, a la vista de un hijo de 14 años. La madre de Florencia fue derivada a un centro médico, presa de una crisis de nervios, y por la tarde penaba en su pieza mientras su pareja le pedía perdón por lo que había hecho su hermano. No había consuelo en esa esquina. A la hija de Florencia se la llevó una tía. En la esquina se apostó un patrullero policial y una camioneta municipal con matafuegos preparados. Se temía que hubiera represalias contra la casa vacía de El Chileno.

"Hacía falta que pasara esto nomás, las denuncias de antes parece que no servían. Mirá adónde la asistente social le hizo hacer la pieza a Flor: al lado de esta bestia. Y pasó lo que tenía que pasar nomás", concluyó una de las primas de la víctima.

El comisario Cuñé, en cambio, afirmó que René Ch. no tenía antecedentes penales, y se amparó en el secreto del sumario dispuesto por el juez de instrucción en turno, Javier Beltramone.

El femicidio activó reacciones inmediatas. La Multisectorial de Mujeres emitió un comunicado en el que recordó que un año atrás se denunció la desaparición de la adolescente Dayana Capacio, quien tres días después fue hallada sin vida sobre un bosque al costado de la ruta camino a General Lagos. "Ante un nuevo femicidio en la región. ¿Qué esperamos para ponerle fin a la violencia de género?", preguntaron.

"Entendemos que la violencia de género -agrega el comunicado- no es privativa de las situaciones de violencia domésticas, sino que cada vez más aparecen como producto de relaciones de noviazgo violentas, de distintas formas de posesión y control que vamos sufriendo las mujeres desde edades muy tempranas, así como constantes abusos en el entorno familiar. En los casos extremos, como el que conocemos hoy y el de Dayana, la idea que transmite la sociedad desde hace siglos a los varones de que el cuerpo de las mujeres les pertenece los lleva a decidir a terminar con sus vidas".


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