Tres ladrones retuvieron a sus víctimas unos 40 minutos, las ataron y encapucharon.
Huyeron con una media res de 93 kilos, 60 kilos de asado y varios cajones de bebidas.
Huyeron con una media res de 93 kilos, 60 kilos de asado y varios cajones de bebidas.
Por Leo Graciarena
Diario La Capital
“Esto antes no se vivía en Funes. Podían venir un par de tipos armados y pedirte la recaudación. Era algo rápido. Pero anoche estos tipos entraron y se quedaron más de 40 minutos revisando todo. Fueron hasta la casa de mis padres, que son personas de más de ochenta años”. Esta reflexión pertenece a Raúl Messina, uno de los dueños de un reconocido autoservicio ubicado en la zona oeste de Funes que el viernes por la noche, a la hora del cierre, fue asaltado por tres hombres armados a cara descubierta.
Los maleantes no sólo se llevaron la recaudación del local, sino que además cargaron en una flamante camioneta Ford Ranger de las víctimas una media res de 93 kilos, 60 kilos de asado y varios cajones con bebidas. El botín fue estimado en unos 15 mil pesos en efectivo, entre pesos y euros, más el costo de la mercadería, calculando que una media res como la sustraída cuesta unos 2.200 pesos y los 60 kilos de asado alrededor de 1.500.
Asimismo Fernando Messina, el hermano de Raúl, sufrió un profundo corte en la cabeza producto de un culatazo y fue dejado maniatado en el interior del depósito del supermercado junto a una empleada. En este contexto, ayer a la mañana fue hallada la Ford Ranger en la zona oeste de Rosario.
Un negocio familiar.
En el cruce de la ruta 9 con la calle Las Heras, a la altura de la garita 17 de Funes, hay un cartel que avisa: “Autoservicios Messina. Carnes de primera calidad”. Es que es este negocio emplazado desde hace más de 40 años en el barrio Santa Isabel —a tres kilómetros tanto del centro de esta ciudad como también del de Roldán— es para muchos funenses una especie de mojón histórico.
El negocio combina un autoservicio con una carnicería. En la parte trasera hay un pequeño depósito de mercaderías y una cámara frigorífica que puede conservar cómodamente una decena de medias reses.
En la planta alta del negocio vive Fernando y por el interior del negocio se puede llegar a la casa de sus padres, “personas de más de 80 años que la pasaron muy mal porque se asustaron y les subió la presión”, comentó Raúl.
Falsos clientes.
El viernes a las 20.55 sólo quedaban en el autoservicio Fernando y una de las empleadas. “Yo me fui un rato antes porque tenía cosas en Rosario. Cuando pasé por la ruta vi que había un auto estacionado a la altura de Las Heras con sus luces intermitentes encendidas. «A este se le rompió el auto», pensé, aunque al final después me di cuenta que era el auto en el que habían llegado los ladrones, un Ford Escort amarillo o cremita”, recordó Raúl.
Mientras él se iba, tres hombres de entre 20 y 30 años llegaban al local fingiendo ser clientes. Una vez adentro del local exhibieron sus armas y dominaron a Fernando y la empleada. “No te hagas el boludo, sabemos que vivís arriba”, le dijo uno de los ladrones antes de pegarle un fuerte culatazo en la cabeza.
A partir de ahí fue un robo de manual. Raúl estimó que los ladrones estuvieron hasta las 21.30, unos 40 minutos. “Lo terrible es que no se conformaban con nada. Eran muchachos jóvenes, uno de ellos muy violento. Querían más y más plata. Nosotros el viernes pagamos proveedores, así que mucho de lo que juntaron fue la recaudación del negocio más algo de dinero que tenía Fernando”, explicó el comerciante.
Entonces los ladrones decidieron cargar mercadería en la Ford Ranger que los Messina habían comprado un mes atrás y estaba estacionada en el depósito. Arrastraron una media res de 93 kilos, cargaron unos 60 kilos de asado, varias cajones de bebidas, cartones de cigarrillos y demás elementos. Pero no se dieron por conformes.
“Como no le creían a mi hermano que no había más dinero, lo amenazaron con un arma para que los llevara a la casa de mis padres, a la que se puede entrar por el negocio. Los encapucharon, los ataron y revisaron todo”, explicó Raúl, y agregó que Fernando fue luego maniatado y encerrado en un depósito del autoservicio junto con la empleada.
“Antes de irse cortaron las líneas de teléfonos y se llevaron todos los celulares. Particularmente me sorprendió que se robaran la carne”, reflexionó Raúl, antes de volver a la atención en el mostrador de la carnicería.
Ayer a la mañana, con lo que había quedado de mercadería, los hermanos abrieron nuevamente el autoservicio. Y sobre el mediodía les llegó la tranquilidad de que al menos habían encontrado la Ranger en la zona oeste de Rosario.
El robo fue denunciado en la comisaría 23ª de Funes.
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