Fuente: Diario La Capital
La utilización de agroquímicos sobre cultivos provocó en los últimos años un “aumento significativo de los casos de cáncer y malformaciones congénitas”, que en algunos lugares “se han multiplicado por tres” en recién nacidos, aseveró Medardo Avila Vázquez, coordinador del primer Encuentro Nacional de Médicos de Pueblos Fumigados, que se realizará el próximo fin de semana en Córdoba.
“El problema sanitario que ocasiona la fumigación sistemática afecta a 12 millones de personas que viven en las 23 millones de hectáreas sembradas en la Argentina, y requiere un análisis académico y científico por parte de los equipos de salud”, explicó Avila Vázquez, médico pediatra y neonatólogo del Hospital Nacional de Clínicas, en la capital cordobesa.
En declaraciones a DyN, el profesional de la salud comentó que el Encuentro de Médicos de Pueblos Fumigados se realizará en la Facultad de Ciencias Médicas de Córdoba, lo que significa que “por primera vez la universidad pública asume el problema para discutirlo y estudiarlo en forma sistemática y profunda”.
“Estamos encontrando en las poblaciones rurales fumigadas que hay un aumento significativo de los casos de cáncer y malformaciones congénitas en los recién nacidos, que se han multiplicado por tres”, resaltó.
El grupo Médicos de Pueblos Fumigados reúne a profesionales que, en su mayoría, están “enfrentados” con los intendentes de las ciudades en las que ejercen y con “los principales productores de la zona”, a quienes reclamaron que “paren de fumigar”.
Durante la primera reunión en Córdoba, los médicos analizarán “los datos de los pueblos” fumigados para “compararlos con las líneas de base epidemiológicas en la población general”.
Entre los asistentes al encuentro estará el científico Andrés Carrasco, jefe del Laboratorio de Embriología Molecular de la Universidad de Buenos Aires (UBA) e investigador principal del Conicet. Carrasco, en un estudio publicado en 2009, aseguró que las “concentraciones ínfimas de glifosato” utilizadas en la agricultura “son capaces de producir efectos negativos en la morfología del embrión” hasta interferir en los mecanismos normales del desarrollo.
Avila Vázquez destacó que Argentina pasó de consumir 30 millones de litros de plaguicidas en 1995 a 300 millones en la última campaña agrícola. Los agrotóxicos esparcidos, especialmente desde aviones, caen sobre las “casas, escuelas, parques y plazas” de los pueblos dedicados a la agricultura.
Las fumigaciones con este tipo de productos pueden ocasionar “trastornos neurológicos, aumento de los abortos espontáneos y nacimientos de bebés con malformaciones, cánceres de distintos tipos y leucemia”, detalló el profesional.
Los efectos contaminantes “afectan más a los niños”, porque “generalmente acciona sobre la descendencia de las personas contaminadas”, y a las embarazadas, debido a que “muchos plaguicidas son disruptores hormonales”.
“Alteran el sistema endocrino, que es fundamental para quedar embarazada y tener un buen desarrollo fetal”, sostuvo Avila Vázquez. El médico dijo que la respuesta de las autoridades sanitarias “es muy escasa y aislada”, y que en la Justicia los pobladores que presentaron denuncias por contaminación padecen que “el derecho ambiental es considerado todavía como un derecho subalterno”.
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