Algunas claves para entender el fenómeno de la red social,
que crece de manera exponencial en el país,
y su uso en la actividad política
Por Silvina Rouvier y Valeria Gantman
Revista DEBATE
Todos hablan de Twitter. Esta red social existe hace cuatro años y hoy es tema ineludible en infinidad de blogs, medios online, informes de tevé, programas de radio, medios gráficos. Todos hablan de Twitter, cómo funciona y qué cambios genera en la comunicación. Ante esa vorágine informativa, es importante repensar algunas “verdades” y además preguntar: “¿Qué está pasando hoy con Twitter?”
¿Qué es? ¿Para qué sirve? ¿Qué busca el usuario en Twitter? Son todas preguntas de las que se escuchan y seguramente habrá tantas respuestas como twitteros existen. Porque la práctica en Twitter, como en otras actividades, no es universal, existen múltiples usos e interpretaciones de la herramienta. Twitter es más rico e interesante si se lo piensa como un escenario de subjetividades. Un espacio donde los usuarios interactúan con 140 caracteres, extensión suficiente para poder hablar, ironizar, murmurar, satirizar, pronunciar, confesar, transgredir, omitir, sobreentender, y también callar. ¿Es posible hablar de Twitter sin asociarlo a términos antagónicos? Salvación o apocalipsis, revolución o moda, vida real o vida virtual, comunicación e incomunicación. Además de posible es necesario analizar el tema Twitter sin caer en falsos antagonismos; ayuda a tener una mirada más honesta de la cuestión. Entre ese blanco y negro los grises revelan el verdadero brillo y color.
EL ABC DEL PAJARITO
Hoy, Twitter es una red de información en tiempo real donde los usuarios pueden escribir mensajes de hasta 140 caracteres. La dinámica consiste en seguir usuarios y a su vez ser seguido por otros usuarios. La acción de seguir (follow) a un usuario hace que el sistema publique en la línea de tiempo (timeline o TL) cada vez que ese usuario escribe un mensaje (tweet). A su vez, la plataforma permite responder (reply) a los usuarios y retuitear (RT) los mensajes. Tuitear, responder y retuitear son acciones públicas. La única forma de conversar en forma privada es a través de los mensajes privados (DM). También en los tweets relevantes se pueden agregar etiquetas (hashtags) con el fin de categorizarlos. La acción de etiquetar se realiza con una palabra precedida con el signo numeral (#elecciones, por ejemplo). Esta función, además de ayudar a definir el tema, permite que cualquiera que realice una búsqueda de esa etiqueta pueda encontrar nuestro tweet.
ENTENDER EL CRECIMIENTO
Twitter creció en la Argentina el 700 por ciento en un lapso de diez meses, según Christopher Stone, cofundador de la red.
Ese crecimiento no es un hecho aislado, tiene relación con un contexto sociocultural favorable. Adriana Amado, profesora e investigadora de la Universidad Nacional de La Matanza (@adrianacatedraa), puntualiza características clave que ayudan a comprender el fenómeno: “No puede dejar de entenderse el crecimiento de las redes sociales, en cualquiera de sus formatos, en el marco de una sociedad con nuevas formas de relación y de trabajo”. Y agrega: “Hoy los empleos no se acotan a un horario fijo, y las llamadas redes sociales generan espacios de encuentro muy apropiados para estas nuevas condiciones sociales”.
Vanina Berghella, jefa de proyectos social-media de Clarín Global y consultora (@ vanis), considera a “la instantaneidad” como una de las claves del éxito de Twitter y explica que “no existe canal de comunicación más rápido”. La plataforma “logra generar un vínculo de confianza entre sus usuarios que también trasciende el espacio social que ocupa cada uno”.
MEDICIONES Y OTRAS FÁBULAS
En Twitter circulan mediciones de “expertos” sobre performance, popularidad, alcance, influencia e impacto de usuarios. Inclusive, hay infinidad de herramientas gratuitas online que miden distintos indicadores como cantidad de retweets, crecimiento de seguidores o cantidad de respuestas. ¿Qué dicen esos números? Nada. ¿Cuál es el aporte? Absolutamente ninguno.
Medir la popularidad sobre la base de la cantidad de seguidores, o pensar que a mayor cantidad de retweets (RT) obtenidos el usuario es más influyente, es poco riguroso y sesgado.
Si se tiene en cuenta que los usuarios no solamente siguen a quienes admiran, la conclusión es que si un usuario tiene muchos seguidores no significa que es popular. Y, además, muchas veces los RT no tienen que ver con una coincidencia con el contenido. Una conclusión posible es que si un tweet obtiene muchos RT no siempre significa que el autor del tweet sea influyente o tenga mucho alcance.
En la Argentina se usa mucho la ironía y el absurdo en los RT y este dato, precisamente, escapa a las mediciones meramente cuantitativas. Aquí es donde falla el número. El camino que puede transitar un RT es absolutamente desconocido, porque puede “sufrir” ediciones de otros usuarios que acotan, comentan y lo cargan con otros sentidos e interpretaciones. De esta forma, el usuario no tiene control sobre el recorrido de su mensaje durante el RT, y el sentido original que quiso darle a un comentario u opinión puede variar.
Matías Sejem, asesor en comunicación política (@msejem), opina que “no podemos hablar de 'expertos' en Twitter cuando todavía sus fundadores no encontraron un modelo de negocios y una rentabilidad real a la empresa”.
Si hablamos de Twitter como espacio de subjetividades sería erróneo analizar el intercambio y la conexión entre los usuarios en términos cuantitativos. Según Vanina Berghella “lo más importante es lo que se dice, el cómo y qué se comparte. Pseudo gurúes y autodenominados expertos siempre hubo y habrá. Como en todo ámbito hay personas que saben y otros que aprovechan la coyuntura. Pero lo cierto es que en Internet lo que cuenta realmente es la experimentación, no siempre valen las guías o recetas”.
TWITTER Y EL APOCALIPSIS
Cuando una tecnología nueva irrumpe con fuerza, activa una serie de resistencias, temores y dudas sobre lo que vendrá. Hoy resulta sorprendente conocer las críticas que tuvo la escritura al aparecer, en un momento histórico en que la oralidad era la única forma de transmisión del saber. Platón opinaba que la escritura destruiría la memoria, debilitaría el pensamiento, porque el hombre iba a depender de un recurso externo a él. Hoy no se nos ocurre cuestionar a la escritura, incluso es difícil considerarla como tecnología, porque está profundamente incorporada.
En menor escala, por el nivel de profundidad del cambio, Twitter impulsó nuevas predicciones apocalípticas. ¿El microblogging significa el fin del periodismo? ¿Los diarios van a desaparecer? Si la televisión no reemplazó a la radio ni al cine, y tampoco la computadora desbancó a la tele, ¿por qué pensar a las tecnologías como opuestas si en realidad se complementan?
Lo cierto es que las pautas de consumo de información y entretenimiento están cambiando, y Twitter da respuesta a esta nueva demanda de consumir contenidos cortos y rápidos. Es más, fueron los mismos usuarios los que transformaron a Twitter en una red de información permanentemente actualizada. Y este escenario obliga a los medios a redefinir los contenidos que ofrecen y repensar la relación con estas nuevas audiencias. En lugar de ser una amenaza para los medios tradicionales, Twitter puede pensarse como uno de los motivos de su actualización.
¿Significa el fin de la experiencia personal? Para Jorge Gobbi, docente de la UBA y blogger (@morrissey), “Twitter, como otras herramientas de Internet, debe ser pensada en relación con el mundo ‘real’. Pensar ‘lo virtual’ y ‘lo real’ como oposiciones es una pérdida de tiempo, o un atajo teórico facilista. Walter Ong definía a la escritura como la tecnología más revolucionaria de la historia. Me pregunto si todos los que condenan a Internet también condenan la escritura”.
En una postura parecida, Berghella considera que “Twitter es un espacio donde se vivencia mucho lo personal”, y Sejem explica que “desde la aparición de la Web se ha vaticinado el fin de las relaciones humanas. La experiencia no demuestra eso, las relaciones cambian, se agilizan, son simplemente distintas pero no desaparecen”. Twitter no es la pérdida de la experiencia personal, porque sin “vida real” la “vida virtual” no tendría sentido.
Adriana Amado, por su parte, completa la idea: “El aporte de cada uno no depende de las herramientas de la red sino de la actitud del participante. Y en ese punto es que me parece que la participación está muy relacionada con la personalidad de cada parte. Manuel Castells decía, cuando estuvo en Buenos Aires, que ya no se puedo hablar de virtual/real como oposición, porque la vida humana siempre tuvo un alto componente simbólico. ¿Qué es el lenguaje mismo sino una ‘virtualidad’? Entonces me parece que aquel que suele ser generoso y trabajar en red, potencia su alcance; aquel que se dedica a mirar a los demás y a criticarlos, encuentra acá una facilidad para hacerlo todo el tiempo”.
HERRAMIENTA POLÍTICA
El año próximo habrá elecciones presidenciales. ¿Cómo imaginamos ese contexto con Twitter en escena?
“Imagino una campaña electoral muy orientada a todas las redes sociales”, dice Matías Sejem. “El candidato o partido que no entienda esto se verá muy perjudicado ese domingo. La ‘cibermilitancia’ debe estar, pero orientada y direccionada por profesionales de la comunicación, ése es el salto y el desafío para las próximas elecciones. Sin duda, Twitter jugará un rol importante en las elecciones sin por esto suponer que la red social sustituirá las estrategias tradicionales de campaña.”
Jorge Gobbi admite que Twitter “es interesante para intercambiar datos de las elecciones, pero no muy útil para leer opiniones políticas. Hay mucho dogmatismo y propagandismo”.
“Las próximas elecciones presidenciales -concluye Vanina Berghella- serán las primeras donde Internet cuente con una alta penetración en el país. Será una experiencia muy interesante de transitar desde el análisis comunicacional”.
Twitter es parte de un cambio sociocultural, de un nuevo paradigma de comunicación, un espacio horizontal sin jerarquías ni intermediarios, que impacta en los hábitos de consumo de medios (información y entretenimiento).
Todos usamos redes sociales desde siempre: la escuela, el barrio, los amigos, los colegas, entre otros, son redes en las que estamos inmersos durante toda la vida. Crear confianza, construir relaciones, sumar valor con contenidos auténticos y originales son atributos que se valoran en la calle o frente a la pantalla.
Si no, sólo es demasiado ego.
* Asesoras en comunicación y usuarias de Twitter (@srouvier y @valegantman)
La importancia del ida y vuelta
Hernán Nadal (@hernannadal), director de Movilización Pública de Greenpeace Argentina, explica que Twitter les permite comunicarse “en forma directa, gratuita y en tiempo real con sus voluntarios, donantes y ciberactivistas”. Y en ese ida y vuelta también reciben “ideas, sugerencias y críticas, y eso nos ayuda a mejorar las campañas”. Con la campaña de las lámparas incandescentes por ejemplo “notamos que la gente no entendía tan claramente la relación entre las lámparas y el cambio climático, y empezamos a trabajar sobre esa línea para optimizar el mensaje”. El Centro de Información Judicial (@cijudicial), se incorporó a la red “sin mucha expectativa” según cuenta su directora periodística María Bourdin (@mariabourdin). Luego de un tiempo, notaron que “existe en Twitter muchísima demanda de la información que nosotros producimos, fundamentalmente por parte de periodistas y abogados”. “En nuestra cobertura de la causa de escuchas ilegales en la Ciudad de Buenos Aires -completa Bourdin-, optamos por publicar anticipos de la información en Twitter antes que en la página y alcanzamos picos de entre 100 mil y 120 mil visitas en minutos. El objetivo inmediato es profundizar el enlace y, sobre todo, el intercambio de mensajes con el resto de la sociedad.”
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1 comentario:
Realmente Es una herramienta de comunicación espontanea que no se necesita de los medios informativos para informar sino que estos pueden complementar la noticia. A la vez se dan muchos debates,aumenta la audiencia de los blog y sitios web que hablan del tema.
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