Hay rechazo de los empresarios tradicionales. Por la magnitud y ubicación del proyecto, se convertirá en abastecedor privilegiado de una zona que viene creciendo en forma explosiva.
Fuente: Punto Biz
El shopping Soleil Funes ocupará un predio de cinco hectáreas al costado de la autopista a Córdoba, un corredor sobre el cual irrumpieron en los últimos años numerosos barrios privados y abiertos, pero que hasta ahora no cuenta con una red de comercios y servicios que los abastezcan.
Más de 70 locales comerciales, además de restaurantes y cines, generará una oferta de peso para abastecer a un público que se multiplicó en forma geométrica y tiene un alto componente de consumidores ABC1, que hasta ahora eran básicamente cautivos de las ofertas tradicionales de Funes y Roldán.
De allí que los primeros en salir al cruce fueran los empresarios mercantiles de la zona. “No queremos que Funes sea una ciudad manoseada como lo fue Pilar en provincia de Buenos Aires. Creemos que el shopping afectará negativamente al comercio tradicional ubicado en el centro histórico de la ciudad. Además es un polo potencial para la llegada de ofertas de negocios porteños, que no utilizarán proveedores locales”, cuestión Pablo Villanueva, presidente de la Asociación de Comercio e Industria de Funes. Los comerciantes tuvieron una reunión con los desarrolladores del shopping para hacerle llegar sus críticas.
En la vereda de enfrente se paran los funcionarios de la intendenta Tomei. “Es la inversión comercial más grande presentada hasta ahora en Funes. Se habla de más de $250 M de inversión y pensar que se trata de una propuesta que perjudicará a los empresarios locales es risueño. Es una iniciativa del tipo regional que beneficiará a varios distritos y que tendrá una oferta comercial diferente a los rubros del microcentro de la ciudad. Además es innegable el impacto positivo que traerá en materia de empleo”, remarcó Luciano San Pelegrini, subsecretario de Producción.
El proyecto no pasó por el Concejo de Funes. A fines del año pasado la intendenta Tomei reglamentó una normativa vigente desde hace años que plantea el uso comercial de tierras rurales al borde de la autopista, bajo la nueva denominación de “usos especiales” y el proyecto llegó a la Intendencia poco tiempo después de ese trámite.
Ediles de la oposición no tardaron en quejarse. “El cambio a zona de usos especiales de los terrenos rurales a la vera de la autopista nos parece políticamente incorrecto porque esa medida se dictó en diciembre, y en enero se presentó el proyecto de FuneSoleil y se lo habilitó para iniciar los trámites antes Medio Ambiente de Santa Fe”, declaró en FM Diez de Funes el concejal Eduardo Casim.
De todos modos, desde el Ejecutivo salieron a contestarle, que en realidad el cambio está hecho dentro de las atribuciones de la Intendencia. “El decreto reglamenta ordenanzas preexistentes que desde hace décadas incorporan el uso comercial de los terrenos sobre la vía rápida. De esta manera se detalla con mayor profundidad que en la superficie en cuestión pueden levantarse edificios para la administración pública, sanidad, servicios comercios, turismo, cultura y deportes”, dijo San Pelegrini.
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