viernes, 13 de febrero de 2009

La desgracia de Tartagal


Hace varios dias que me siento tentado a hacer un post por la desgraciada situación que atraviesa la población de Tartagal.

Andaba con ganas de recordar que ésto mismo ya pasó hace algunos años, y que evidentemente, quien tuvo que hacer algo -lease gobernantes- no lo hizo. Y la naturaleza vuelve a pasar factura y nos cobra en un solo pago -sin cuotas- la tala indiscriminada, el desmonte, y los atropellos que los hombres amigos del poder de turno cometen sobre su flora y fauna.

Greenpeace lo viene denunciando hace años, pero como el deporte olímpico argentino es "hacerse el boludo", y nuestros gobernantes son exhimios deportistas, así estamos.

Para colmo de males, sobre llovido mojado. Los pobres habitantes de Tartagal, tras soportar el desborde del rio y el alud de barro, deben soportar la invasión de los medios televisivos porteños que salen por un par de dias de la burbuja y van al interior a ver "como sufre esta gente". Y así se pavonean los movileros haciendo notas que reflejen la calamidad de la inundación, la angustia y el dolor de la gente. Y es ahí cuando aparecen funcionarios que por primera vez pisan tierra y posan para las cámaras tratando de explicar lo inexplicable. Si, lo de Tartagal siempre fué evitable si se hubiesen hecho bien las cosas y a tiempo.

Pero como yo no soy periodista, ni escritor, y hay miles de personas que hacen las cosas muy bien, decidí publicar dos referencias.

Una, es una nota de Lanata en su diario Crítica Digital, que me pareció genial.

Y la otra, es la referencia al blog TODOSGRONCHOS, que vuelve al ruedo con un par de post de antología sobre el viaje de la presidente al norte, y la cruda realidad argentina. Recomendable.


Welcome to Argentina
por Jorge Lanata
Diario Critica Digital

Cristina acaba de llegar de viaje. Es cierto: estuvo hace unos días en España. Sin embargo, la sensación es que acaba de llegar de un extenso viaje, un viaje de 5 o 6 años. La Presidenta expresó su preocupación por la pobreza.

En la Quinta de Olivos, rodeada de militantes del justicialismo, la Presidenta expresó su preocupación por la pobreza. Su insistencia en el término “estructural” da cuenta del deseo de despegar a su gobierno de ella. ¿Pero puede hacerlo? ¿Puede hablar como si recién llegara al país? La costumbre de comentar la realidad en lugar de asumir que su tarea es modificarla comenzó, en verdad, durante el menemismo. Carlos Saúl y sus acólitos miraban al cronista con su mejor cara de vaca pasmada y decían sin pestañear:

–Qué barbaridad, ¿no?
–Perdón, pero eso que le estoy diciendo ocurre bajo su ministerio.
–Ah, claro. Qué terrible. Alguien debería hacer algo.

Todo indica que el miércoles, en Tartagal, la Presidenta descubrió la pobreza. Sus fotos con camisa prestada y pantalón desaliñado fueron distribuidas por la Casa de Gobierno y algo épico se desprendía de ellas.

Épico, electoral. Conmovedor. “Los pibes con banderas ayer me abrazaban y besaban”, recordó desde el jardín.

–No me gustó que dijera que vivíamos en taperas –comentó por la mañana una víctima del alud en los micrófonos de Radio Mitre.

–Somos de clase media baja pero vivimos en casas de material –agregó, ofendida.

¿Habrá visto Cristina una tapera? ¿Y una humilde casa de material? ¿Todas las taperas serán iguales, como los yuyos?

Es igualmente saludable que la Presidenta recorra el país y que algunos metros de ese periplo se completen a pie, fuera del avión rentado, los discursos, o el paisaje bello y silencioso de Calafate. ¿Su exhortación a los corazones abiertos y las mentes generosas será una muestra de cinismo o de ingenuidad? ¿La Presidenta se dará cuenta? ¿Se dará cuenta de Moreno, del INDEC, del monopolio de Clarín, de la casa de Rudy, de sus hoteles propios, del desmonte que provocó el alud, de los negocios de De Vido, de los proveedores monopólicos de obra pública, que engordan como gatos castrados, de las bolsas de desocupados que pagan las petroleras, de las voluntades compradas, de la súbita prosperidad que rodea a sus amigos?

Mientras tanto, señora, bienvenida a la Argentina.

http://www.criticadigital.com.ar/index.php?secc=nota&nid=18732

Notas relacionadas:
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Niegan que haya sido por el desmonte


1 comentario:

Julio-Debate Popular dijo...

La verdad que lo de Tartagal es una muestra de lo que sucede en Argentina. La indiferencia en algunos lugares que existieron siempre y siempre excluidos. En este caso la naturaleza los hace existir porque el miedo que transmiten los desastres naturales nos hace acordar que somos poca cosa, aunque a veces seamos culpables también de estos hechos.

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