jueves, 14 de julio de 2011
¿Por qué nos matamos?
No hay tragedias viales sin responsables identificables. Los accidentes no ocurren porque sí, sino porque alguien los desencadena. Detrás de sucesos dramáticos como los de ayer (choques en autopista por niebla) hay siempre una conducta negligente. A veces la desidia es del Estado, a veces de los concesionarios y en la mayoría de los casos son (somos) los conductores quienes, con actos irresponsables, causan estos desastres.
Los expertos en accidentes aéreos sostienen que un avión nunca se cae como consecuencia de una causa única, sino por una concurrencia de varias. Tal vez habría que usar la misma fórmula para entender incidentes viales como los de ayer, aunque con una certeza: la última causa es siempre una falla humana y casi siempre de los conductores.
En el caso de los accidentes de ayer, el concesionario debería explicar por qué no interrumpió el tránsito pese a las condiciones de visibilidad casi nulas en el lapso en el que se produjeron los choques. Pero no sería suficiente porque hay otros responsables: los propios conductores.
El domingo, después de un terrible choque en la ruta 33 en el que murieron seis personas, el reclamo que más se escuchó es el de la autovía Rosario-Rufino. Quienes lo formularon parecían atribuir las causas de ese dramático incidente vial a la peligrosidad de la ruta y daban por supuesto que la construcción de una doble vía bajaría el riesgo. No les falta razón, pero se olvidan de la irresponsabilidad con la que manejamos. Es triste pero hay que decirlo: eso no cambia, vayamos por donde vayamos.
Los accidentes de ayer ocurrieron en una autopista, que es incluso más segura que una autovía. A las 8 de la mañana en Oroño y la avenida de Circunvalación no se veía más allá de media cuadra. Quien pasara por allí rumbo al sur ya sabía que la niebla era un factor de riesgo. ¿Necesitaban los conductores que en el peaje les avisaran que circular por allí era peligroso?
Manejamos demasiado rápido, no obedecemos las indicaciones, les faltamos el respeto a los otros, queremos llegar primero. Por eso nos matamos.
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