Por Bibiana Angiulli
Soy una argentina en Italia y como dice Sting en su canción “Englishman in New York”, I’m an alien, I’m a legal alien, desde hace… tal vez demasiado tiempo. Nostálgica de mi país, amante de las iniciativas ecológicas y a modo de terapia que me haga sentir más cerca, y tal vez útil, escribo estas líneas desde un país que en materia ecológica y como simple ciudadana me ha enseñado un mundo. No dejo de soñar que nuestro planeta siga siendo maravilloso para nuestros hijos y todas las generaciones por venir, para ello tal vez sea útil compartir lo que voy aprendiendo.
MI PRIMERA VEZ
Recibí mi primera lección de ecología en Argentina (y no fue doloroso) de un compañero de la secundaria, que después de haber participado a un taller ecológico iba detrás de cada persona que arrojaba un papelito de caramelo al piso, enseñándonos la primer regla para un mundo limpio: “No se tira la basura al piso”. Pero???!! Si yo… toda la vida tiré los papeles por la calle porque no existían cestos para la basura! No era culpa mía! Y bajé la ventanilla del auto y tiré afuera porque si no se me ensuciaba el auto! Todos lo hacían… Pero para compensar barrí siempre la vereda, llena de papeles y basura que habían arrojado otros que como yo, no encontraban un cesto!
Me meto una mano en la consciencia y me doy cuenta de que los comportamientos errados se aprenden imitando el mundo que nos rodea, y también que nunca es tarde para cambiar mentalidad.
Me meto una mano en el bolsillo y está lleno de papeles de caramelo, tickets de supermercado, cosas que hubiera sido más cómodo tirar por la calle.
Lo mismo mi cartera, no soy meticulosa y por lo tanto la vacío cuando me encuentro con el problema. Es una irrelevante incomodidad pero sé que al menos puse mi granito de arena. Las calles del pueblito italiano donde vivo ahora son muy limpias, si vemos a alguien tirándo papeles al piso gentilmente le avisamos “Señor, se le cayó esto”.
Jamás dejo botellas en la playa que frecuento porque al día siguiente soy yo que estaré ahí, y si encuentro vidrios o emvases que no tiré los recojo y los pongo en el cesto. Si el cesto está lleno o simplemente no está lo coloco en mi bolso y cuando llego a casa lo tiro. Porque de frente a mí hay un mar azul, transparente, que si el agua es calma parece una piscina y hasta se ven cardúmenes de peces, y yo quiero que siga siendo así.
Nadie nota mi comportamiento, funcionaba así antes de que yo llegara y fue un placer adaptarme. Es un placer también ver que cuando todos aportamos un poco, la cosa funciona!
Si mis hijos tiran papeles al piso les enseño la primer lección, el primer mandamiento: “No se tiran papeles al piso” y cuando me preguntan porqué les digo que porque es falta de educación, porque es falta de respeto hacia los demás y hacia madre naturaleza, porque es más fácil mantener limpio que limpiar, porque la basura vuela con el viento y puede volar sobre tí, sobre otros, en lugares donde ya no se pueda limpiar, porque evitamos una fatiga inútil a alguien o a nosotros mismos, porque la higiene es salud, porque en otoño amo hacer crujir las hojas secas debajo de mis pasos, pero sólo hojas no basura, y por amor a este bellísimo planeta.
“Polvo somos y al polvo volvemos”, así para cada pequeño, insignificante, pedazo de papel o plástica debería ser. No soy una obsesionada de la limpieza, el desorden me ha acompañado toda la vida, pero no hay nada más triste que un hermoso campo verde donde florecen sólo bolsitas de supermercado. O un mar azul en el que nadan sólo peces de plástico. O un maravilloso planeta tierra sobre el cuál ya nada respira.
Película a tema
“Wall-e”. Dibujo animado de Disney y Pixar, donde se lleva al extremo el problema de la basura en el planeta Tierra.
Hermoso para disfrutar junto a los más pequeños.
Útil para recordarles porqué no se tiran papeles al piso.
MI PRIMERA VEZ
Recibí mi primera lección de ecología en Argentina (y no fue doloroso) de un compañero de la secundaria, que después de haber participado a un taller ecológico iba detrás de cada persona que arrojaba un papelito de caramelo al piso, enseñándonos la primer regla para un mundo limpio: “No se tira la basura al piso”. Pero???!! Si yo… toda la vida tiré los papeles por la calle porque no existían cestos para la basura! No era culpa mía! Y bajé la ventanilla del auto y tiré afuera porque si no se me ensuciaba el auto! Todos lo hacían… Pero para compensar barrí siempre la vereda, llena de papeles y basura que habían arrojado otros que como yo, no encontraban un cesto!
Me meto una mano en la consciencia y me doy cuenta de que los comportamientos errados se aprenden imitando el mundo que nos rodea, y también que nunca es tarde para cambiar mentalidad.
Me meto una mano en el bolsillo y está lleno de papeles de caramelo, tickets de supermercado, cosas que hubiera sido más cómodo tirar por la calle.
Lo mismo mi cartera, no soy meticulosa y por lo tanto la vacío cuando me encuentro con el problema. Es una irrelevante incomodidad pero sé que al menos puse mi granito de arena. Las calles del pueblito italiano donde vivo ahora son muy limpias, si vemos a alguien tirándo papeles al piso gentilmente le avisamos “Señor, se le cayó esto”.
Jamás dejo botellas en la playa que frecuento porque al día siguiente soy yo que estaré ahí, y si encuentro vidrios o emvases que no tiré los recojo y los pongo en el cesto. Si el cesto está lleno o simplemente no está lo coloco en mi bolso y cuando llego a casa lo tiro. Porque de frente a mí hay un mar azul, transparente, que si el agua es calma parece una piscina y hasta se ven cardúmenes de peces, y yo quiero que siga siendo así.
Nadie nota mi comportamiento, funcionaba así antes de que yo llegara y fue un placer adaptarme. Es un placer también ver que cuando todos aportamos un poco, la cosa funciona!
Si mis hijos tiran papeles al piso les enseño la primer lección, el primer mandamiento: “No se tiran papeles al piso” y cuando me preguntan porqué les digo que porque es falta de educación, porque es falta de respeto hacia los demás y hacia madre naturaleza, porque es más fácil mantener limpio que limpiar, porque la basura vuela con el viento y puede volar sobre tí, sobre otros, en lugares donde ya no se pueda limpiar, porque evitamos una fatiga inútil a alguien o a nosotros mismos, porque la higiene es salud, porque en otoño amo hacer crujir las hojas secas debajo de mis pasos, pero sólo hojas no basura, y por amor a este bellísimo planeta.
“Polvo somos y al polvo volvemos”, así para cada pequeño, insignificante, pedazo de papel o plástica debería ser. No soy una obsesionada de la limpieza, el desorden me ha acompañado toda la vida, pero no hay nada más triste que un hermoso campo verde donde florecen sólo bolsitas de supermercado. O un mar azul en el que nadan sólo peces de plástico. O un maravilloso planeta tierra sobre el cuál ya nada respira.
Película a tema
“Wall-e”. Dibujo animado de Disney y Pixar, donde se lleva al extremo el problema de la basura en el planeta Tierra.
Hermoso para disfrutar junto a los más pequeños.
Útil para recordarles porqué no se tiran papeles al piso.
3 comentarios:
Muy buena nota!!! Los chicos imitan, el mejor ejemplo se lo debemos dar los mayores!
Yo creo que todos podemos colaborar para un mundo mejor. Tenemos la suerte de tener mucho verde en Funes!
Eso si, no tenemos el mar tan cerca...:( pero si mucha tranquilidad y aun se respira ese olorcito a pasto recien cortado...o a tierra humeda cuando llueve...y quien te dice que no asome el mate con tortas fritas...
jaaaaaa, incomparable!!!
que haces que no te venis????
Funes te espera!
Gracias gente de Funes!! (Al que me mete el dedo en la llaga tambien...) Estoy segura que en un lugar tan hermoso no sera un esfuerzo aplicar comportamientos ambientales correctos, que espero un dia sean realidad en mi pais...
Publicar un comentario