Miercoles 9 de Julio, feriado, fecha patria, dia gris. Ideal para salir a almorzar afuera, ¿no?.
Tenía pendiente visitar un lugar nuevo, inaugurado el 24 de Mayo pasado, Pereyra Asados a la Estaca. Hice las reservas telefónicamente y hacía allí partimos.
Confieso que la idea de ir a comer asado a una Parrilla no me seduce demasiado. Como dice mi amigo Landini, viviendo en Funes, teniendo parrillero y sabiendo hacer asado (y humildemente, muy bien por cierto), ¿a quien se le ocurre ir a comerlo afuera?.
Mas allá de este "pero", me decidí por Pereyra seducido por la oferta de Pescado de Rio a la parrilla.
Pereyra está ubicado en el 2250 de Calle Canderia, a 150 metros de la Ruta 9, doblando hacia el sur. La calle Candelaria está en perfecto estado, aún en dias lluviosos ha de ser muy fácil de transitar. El predio de Pereyra tiene un estacionamiento amplio y una arboleda frutal envidiable. Al llegar al lugar impresiona gratamente el asador a la estaca, flanqueado por un horno de barro que luce muy tentador. El salón principal está dieñado para la temporada veraniega, con un deck de madera y vista al jardín. En dias de invierno el salón debe ser rodeado por cerramientos plásticos que permiten disfrutar -calefacción mediante- de un ambiente mas cálido.
El mozo nos acercó la sugerencia del dia "Locro libre", sugerencia que fué bienvenida y aceptada. Y por supuesto la elección de Boga despinada a la parrilla.
Cuando ya estábamos degustando el locro, exquisito, se acercó a nuestra mesa saludar un viejo conocido, GRAN COCINERO (así con mayúsculas), el negro Perré.
Hago un breve paréntesis en el relato para explicar quien es el negro. Todos recordarán las inundaciones en Santa Fe, y las incontables campañas que se hicieron en toda la provincia para recaudar fondos para los afectados.
Uno de esos eventos, que tuvo lugar el 16 de Junio de 2003 en el Mercado de Concentración de Fisherton fué el locro "Todos por Santa Fe", evento en el cual tuve el enorme privilegio de tomar parte.
El evento arrancó un dia antes, la noche del 15. Eramos cerca de 40 personas de diferentes empresas, agrupaciones, amigos, que trabajamos en la preparación de los ingredientes para el locro, todos al mando del Negro Perré, que tuvo a su cargo la tarea mas dificil: La elaboración del locro para 5000 personas.
El locro se preparó en 20 recipientes como el de la foto, donde se lo vé al negro (de gorro negro). El negro se ocupó de la cocción, del la dosificación de los ingredientes y de mantenernos atentos a todos los pseudo-cocineros-ayudantes.
Uds sabrán interpretar mi referencia. Un cosa es hacer un locro para unos pocos comensales, o para muchos. Otra muy distinta es hacerlo para 5000. Y quienes hayan tenido la suerte de estar aquel dia, podrán además afirmar lo bien que salió aquel locro. El evento fué un éxito que contó con una asistencia masiva de público.
El negro es además, responsable de uno de los mejores restaurantes de pescado de Rosario, el que funciona en la peña nautica Bajada España.
Cierro paréntesis y vuelvo a Pereyra. Después de lo dicho, no necesito aclarar como estaba el locro, ¿no?.
Lo propio con la boga despinada a la parrilla. Nada de recalentado. La boga fué asada en el momento que la pedí y estaba exquisita.
Mas allá de la sorpresa que resultó saber que el negro es el responsable de Pereyra, el lugar es muy acogedor, la carta es variada sobre todo en parrilla a las brasas y a la estaca, y los precios de acuerdo a la oferta actual. Les recomiendo el locro, para alguna otra fecha patria.
Seguramente con la llegada de los dias mas cálidos Pereyra se transformará en una excelente opción para el almuerzo y la cena al aire libre. Por el momento, en el invierno el espacio es mas reducido, pero la oferta del asado a la estaca y pescados de rio, igual de tentadora.
Reservas al 493-7987, o por email a parrillapereyra@ciudad.com.ar.
Una materia pendiente, incorporar tarjetas de crédito y débito a las opciones de pago. Es un beneficio que los clientes sabemos apreciar a la hora de elegir lugar.
1 comentario:
la verdad que fui en invierno y quedé hecha pinguino yo y mis invitados pudimos bailar una jota al compás de las castañuelas que eran nuestros dientes
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