Las razones son de Ajuste.
Desde el martes que viene no se podrán hacer trámites en la sede municipal de Rosario. Los contribuyentes "rosarinos" se quejaron
Por Santiago Baraldi
El Diario de Funes
El Ejecutivo municipal decidió cerrar, a partir del próximo martes, la Casa de Funes en Rosario, ubicada en Urquiza 1329. La sede fue creada hace 20 años por el ex intendente José María Marracino, en tiempos en que Funes era comuna y el 80 por ciento de los trámites se hacían en Rosario. Allí se podía realizar presentación de planos, pedidos de amojonamiento, solicitud de libre deuda, convenio administrativo (no por deuda judicial), y, en general, cualquier presentación por nota, pues todos los trámites mencionados tenían resolución en sede Funes.
El primer paso era darle número al trámite a través de la mesa de entradas municipal, que es única y se encuentra en la sede local. Además, se podía pagar y reimprimir boletas.
Consultada por la decisión de la clausura, cuando hace pocos días la vecina ciudad de Roldan abrió su propia Casa en Rosario, la secretaría de Hacienda, María de los Angeles Brunori, explicó que "todos los trámites se van a poder realizar en Funes".
"Resultaban en promedio unas 160 presentaciones mensuales, advirtiendo que el 80 por ciento de los efectuados en Rosario eran presentaciones por parte de profesionales, especialmente libre deuda solicitados por escribanos, seguidos por las presentaciones de planos. Se está pensando en una atención preferencial en la Sección Rentas para estos profesionales" explicó la funcionaría.
Otra de las argumentaciones esgrimidas por la actual gestión es que la oficina, en cuanto a dimensiones y funciones, resultaba desproporcionada, pues es un local grande con mucho espacio sin uso, "al cual habría que remodelarlo y equiparlo para ampliar sus funciones y dotarlo, entonces, de mayor número de personal (actualmente funciona con dos personas de administración). En este momento no se ha priorizado tal descentralización, sino que creemos que Funes cuenta con mayor número de residentes, más accesibilidad vial, ya no se ve ir hasta Funes como algo lejano", señaló la titular de Hacienda. Además, por el auge de la informática y el uso de Internet, para muchos contribuyentes todo se ha simplificado. Sin embargo, este diario comprobó en la misma sede, conversando con los empleados, quienes reconocieron la queja de los usuarios habituales y admitieron que "no cayó bien el anuncio, la gente se queja porque aquí, por ejemplo, se actualizan las boletas vencidas".
Brunori, en cambio, agregó que "en cuanto a la comodidad para pagar en la caja, con la incorporación del código de barras se ha logrado, además de las tradicionales bocas de cobro -Bisel, Provincia, caja municipal-convenir con Pago Fácil y se encuentra en carpeta Rapipago. Igualmente, hace ya un par de años, se puede abonar por redes Link o Banelco, ya sea por cajero o Internet".
Uno de los argumentos también pasa por el gasto de alquiler del inmueble de calle Urquiza al 1300, que es de 1.500 pesos más gastos centrales e impuestos, mientras que a principios de 2004 no superaba los 600 pesos.
Finalmente, la responsable de las finanzas del municipio agregó que "la distribución de tasas y de contribuciones o convenios se efectúa a domicilio, también se reparte deuda administrativa atrasada, ya sean períodos de TGI o cuotas de convenio o gas. Prácticamente el reparto mensual sólo de TGI es de 16 mil recibos, y se reciben quejas de 20 o 30 contribuyentes que no le llegan, con lo cual evitamos la reimpresión de boletas que resulta por supuesto molesto para el contribuyente e insume tiempo de atención al empleado".
"Una muestra de incapacidad"
Juan Manuel Marracino ex concejal y ex secretario de Obras Públicas
El cierre de la oficina que la Municipalidad tiene en Rosario constituye un nuevo retroceso. Da mucha bronca, y es una muestra más de la incapacidad para entender lo que la ciudad debe ser y necesita. Es muy triste ver en que terminar el esfuerzo hecho en aquel momento, en el que la hiperinflación reinaba y los ingresos no alcanzaban al 30 por ciento de lo que hoy se recauda. La oficina se pudo instalar y hoy, con casi 20 millones de pesos de presupuesto no se pueda mantener. Me tocó actuar directamente en el tema y recuerdo que fue un hecho innovador, por el cual nos felicitaron tanto funcionarios provinciales como los mismos vecinos.
La mayoría de los muebles lo hicimos en los talleres de la municipalidad para ahorrar, pero claro, en aquel momento y a pesar de la escasez de medios, se tenía un plan para la ciudad y se sentía la necesidad de atender lo mejor posible al vecino. Por eso es que no sólo se instaló la oficina, sino que también se abría la municipalidad en Funes, los sábados y domingo, de 10 a 12.
Hoy parece mentira. Fíjese si estaremos mal que, mientras la Municipalidad de Roldan abrió justamente el miércoles de la semana pasada su oficina, Funes en cambio la está cerrando.
Lo lamentable es que este no es un hecho aislado, sino uno más en esta cadena de frustraciones a que nos tienen acostumbrado esta intendencia y este Concejo.
Debemos impedir que esto siga así. Porque ya no se trata de las oportunidades que se presentan y se pierden, sino de evitar que se sigan destruyendo y perdiendo cosas que tanto costó construir, como el sistema de seguridad -tan necesario en estos días-, los pavimentos, la emblemática arboleda de Pedro Ríos, la venta de espacios públicos y tantas otras cosas más.
La única preocupación que parecen tener es sostener a cualquier precio -como este tercer aumento de tasas- una impresionante estructura política que les permita seguir en los cargos mientras la población con esfuerzo y aportando horas de trabajo, como es el caso de los cooperadores y vecinalistas, trata de construir una ciudad mejor.
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