sábado, 20 de septiembre de 2008

"El delito cero es una utopía"


El intendente Juvenal Rímini aceptó dialogar de distintos temas que hacen a la problemática de la ciudad. Aunque reivindicó la saturación policial para combatir el delito, opinó que Funes no es insegura

Por Santiago Baraldi y Pablo Fornero
El Diario de Funes

Inseguridad y despidos en el obrador. La relación con el gremio municipal, el aumento de la Tasa General de Inmuebles, las diferencias que exhibe el oficialismo en el Concejo y la pelea por contar con una nueva escuela. La agenda de temas vinculados con la ciudad está abierta. Y el intendente Juvenal Rímini se muestra dispuesto a abordar cada cuestión frente a El Diario de Funes.

Hay una constante en el discurso: de sus palabras se desprende que la ciudad sólo puede avanzar en algunas cuestiones sólo si recibe fondos de la provincia o de la Nación. "Hay cosas que están por salir y no sé si hay una mano negra o qué, pero no podemos concretar cosas elementales para la ciudad", se quejó el intendente.

¿Cómo está el tema seguridad luego de implementarse la llamada "saturación" policial?
El tema seguridad no es un tema local ni provincial, sino nacional. Es cierto que el crecimiento de la ciudad viene acompañado de defectos y virtudes, con un aumento del delito generalizado. Comparto lo que dijo la secretaria de Gobierno (Verónica Rippa): Funes no es inseguro y también reconozco que Funes no es el que era cuando éramos chicos. Ahora tenemos que tener muchísimos más recaudos puesto que el delito convive con nosotros. También estoy convencido de que no va a haber delito cero, es una utopía.

¿Pero se han visto mejoras?
La seguridad es netamente responsabilidad de la provincia. Para mí hay dos soluciones: una es la coyuntural, la de emergencia, que es la que está dando la policía con la saturación y que en el fondo sirve. Al vecino hay que darle sensación de seguridad y eso lo da la presencia. Después, hay una limitación de la provincia, no sólo de este gobierno que está haciendo las cosas bien. Yo ya era concejal en 1994 y recuerdo haber ido a Santa Fe con mis pares a pedir por móviles y personal. Es decir; quince años después estamos igual. Es una deuda pendiente. Este gobierno está haciendo llamados a licitación para pistolas, cartuchos, se están comprando más vehículos. Sabemos el esfuerzo que está haciendo el secretario de Seguridad (Carlos Iparraguirre). Y después está el problema de fondo, que no se resuelve en una semana ni en un mes. Hacer políticas para generar empleos, combatir la droga, la marginalidad y eso lleva más de una gestión.

Sin embargo, desde la policía se recomendaba a los comerciantes que "se encierren" porque "ya no hay seguridad", según los dichos de un agente.
Esa no es la mejor respuesta. En el caso de Girasoles -negocio que fue asaltado por encapuchados-, primero se dijo que no había móvil, después que estaba en el Country y luego que no habían demorado tanto. Si dan esa respuesta, es pésima. Una fuerza de seguridad no puede decir eso. La respuesta de un policía no puede ser nunca "no tengo vehículo". En todo caso va con el propio. El tema es hasta dónde un municipio tiene que dar seguridad, salud o educación. No hay plata, nunca se llega a recaudar lo suficiente. Así y todo trabajamos en comunicación junto al Comando y la comisaría, todo con handys que incorporamos nosotros y tampoco es suficiente.

El vecino se pregunta qué se hace con la tasa de servicio de vigilancia que se cobra con la TGI.
Algunos hacen la crítica desde un costado político. Nosotros duplicamos el gasto para la vigilancia municipal. Algunos pueden decir que está mal orientada, pero el esquema estratégico se hace junto a la policía.

Hubo dos empleados del obrador que fueron despedidos porque denunciaban una larga situación irregular y falta de ropa. Después de hacerlo público les llegó el telegrama. ¿Fue un mensaje para el resto?
El mensaje que nosotros dimos a los empleados, desde que asumí, es simple: que trabajen. En política salarial, el gremio no se puede quejar: estamos al día con las últimas paritarias. Hemos colaborado con la ropa hasta donde podíamos. En estos momentos estamos más preocupados en pagar los sueldos que en la ropa y el sindicato está de acuerdo y no hay ningún empleado municipal en estado calamitoso. Todos están con ropa del año pasado, pero me parece que esto estuvo armado con algún fin político. Pero en este caso puntual, estos dos empleados no venían cumpliendo como correspondía. Escuché los comentarios que me hizo la gente de la Dirección de Personal. Los dos han recibido apercibimientos en los últimos meses. Cuando veo que la causa es justa no dudo en despedir, siempre que se hagan todos los pasos administrativos, incluso hablado con el gremio.

¿No teme a un juicio después de que estuvieron nueve años en negro?
El juicio es una posibilidad y lo afrontaremos como corresponde, incluso en el caso de (Martín) Nogueras podría rever su caso. El empleado se debe al vecino, que es el que paga. El empleado público en general está mal visto por la gente y el desafío de mi gestión es cambiar ese modelo y que el vecino se sienta orgulloso de su empleado municipal

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