En Funes hay una leyenda urbana. Dicen, se comenta por ahí, que cuando la cuadra en donde vivís tiene poca, escasa o nula iluminación pública, y hacés los reclamos pertinentes al municipio, y pasa el tiempo y la situación no cambia, "aceitás los engranajes" y al poco tiempo tenés la tan preciada iluminación que tanto reclamaste.
El tema lo escuché mas de una vez de boca de los vecinos, quienes cuentan que cuando el municipio no presta atención a tus -muchas veces reiterados- reclamos, le tirás unos pesos al empleado municipal que anda por el barrio, le das los materiales, y en cuestión de minutos el trabajo está hecho. ¿Será cierto?.
Dice el refrán que "las brujas no existen, pero que las hay, las hay". De lo contrario no se explica la colocación de esta vetusta luminaria que forma parte del alumbrado público de mi barrio. Descarto que ninguno de nosotros, vecinos comunes, tenemos los medios para conectar un artefacto de este tipo al alumbrado público.
También descarto, y quiero creer, que el municipio no ordenaría colocar este artefacto en la via pública, y mucho menos aún cuando utiliza una lámpara incandescente, cuando lo habitual que se utiliza para alumbrado público son las lámparas de vapor de sodio a baja presión (SBP), o de vapor de sodio a alta presión (SAP). Estas lámparas no solo son mas eficientes en términos de luminosidad, sinó que además tiene una vida útil largamente superior a las tradicionales incandescentes (que hace mas de una década que no se emplean para iluminación pública) y consumen mucho menos energía.
Ahora bien, si lo que se comenta es cierto, si les entregás un reflector de alta potencia, alta luminosidad y alto consumo (consumo que pagamos entre todos) para que lo conecten al alumbrado público, porque querés tener la zona mas iluminada, también te lo conectarán?.
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