El empresario Diego Muñoz cuenta porqué cerraron el primer complejo
astronómico top de Funes.
¿Qué tan rendidora es en verdad una inversión
sofisticada en esa ciudad?
¿Por qué no termina de aparecer esa
potencial demanda
de comercios y servicio de alta calidad?
de comercios y servicio de alta calidad?
Fuente: Punto Biz Autor: Pablo Fornero
La apuesta fue fuerte y ambiciosa: armar el primer
complejo de locales gastronómicos en la zona más top de Funes, pegado a
los mejores countries. Pero el negocio no logró pasar el crudo invierno
y ahora, los inversores decidieron poner a la venta el fondo de
comercio
¿De quién se trata? En un espacio exclusivo, ubicado en un predio de
1.800 metros cuadrados en una esquina al lado de Funes Hills y cerca del
Kentucky, un grupo de inversores rosarinos abrió a principios de 2012
una propuesta que abarcaba tres iniciativas complementarias.
La apuesta estaba en ofrecer desayunos, almuerzos, tragos, cenas y
postres a través de tres locales (Matucana, Gufo Dolce y Café, y Bajo
Cero Country) ubicados en un mismo espacio. Sin embargo, no logró
prosperar y terminó cerrando.
Pero el cierre del negocio, para el que se hizo una fuerte inversión,
dispara varias preguntas: ¿Qué tan rendidora es en verdad una inversión
elevada en Funes? ¿Por qué no termina de aparecer esa potencial demanda
de comercios y servicio de alta calidad? ¿Pasará como en Fisherton,
dónde los comercios más caros tienen que sudar la gota gorda para
mantenerse?
Diego Muñoz, reconocido hombre de negocios de Rosario y cara visible de
los inversores, dialogó con punto biz sobre el tema. Para el inversor,
la ciudad tiene dos caras. “En verano, es similar a una plaza de la
costa rosarina, donde tenés tres meses donde la gente va a consumir y
todos los días parecen fines de semana. Pero cuando llega el frío,
aparece una realidad que apabulla”, remarcó.
Muñoz vive en uno de los barrios cerrados de Funes y considera que
quienes habitan dentro de dichos complejos están acostumbrados a
consumir del 95% de las cosas, salvo supermercados y servicios, en
Rosario. “No utilizan, no se apropian de Funes para otra práctica
comercial. Salvo que hagas algo acotado o muy puntual, la ecuación no es
redituable”, señala el empresario.
Como uno de los mentores de Taura, el inversor conoce de negocios de
estación, o que deben rendir en cinco meses al año. Sin embargo, Muñoz
sostiene que ese tipo de negocios no pueda sostenerse en la vecina
localidad. “Hoy por hoy, en Funes no podés hacer algo como Taura, aunque
a lo mejor en 3 o 4 años cambia bastante”, aclaró.
“Tengo mucha gente conocida y vecinos, que han emprendido cosas de
distinta envergadura, y a la gran mayoría no le ha ido bien. Por
ejemplo, en el negocios de la ropa, hay galerías que están vacías y una
gran cantidad de locales que cierran”, describió.
Pese a todo, Muñoz admitió que Funes es una “plaza tentadora”, que
evidencia tener “necesidades, como mercado”, pero que en el momento de
invertir fuerte, la demanda no responde de la misma forma. También
desliza algunas críticas ya que sostiene que la Municipalidad podría
empujar más para la concreción de este tipo de inversiones.
“Funes está a 20 kilómetros de Rosario, tiene un mercado cautivo, es la
segunda ciudad del país que más creció en los últimos cinco años después
de El Calafate, gente joven con buen poder adquisitivo; tenés nichos de
mercado, pero los que han atacado no les ha ido bien. Es raro”,
concluyó.
1 comentario:
Hola me gustaria dar mi opinión ya que fui varias veces al compeljo. Soy de Funes y vivo en los barrios Funes Hills. Considero que uno de los problemas del fracaso ademas de los informados es que el servicio que brindaban no se correspondia con lo que querian ofrecer. La comida no era de la calidad que se esperaba en relacion al precio; los mozos eran inexpertos a veces se demoraba mucho la atención. A la hora del té no habia opciones suficientes, Yo fui varias veces y lamento hayan cerrado. Hay loocales en Funes de las caracteristicas que pretendia Gufo que estan funcionando. Mi impresion es que eran inexpertos en gastronomia.
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