Gestión es la palabra que a lo largo, de la nota se repite. Es la obsesión de Maria del Pilar Capella, con una larga historia como vecinalista del barrio Funes R. Supo ser Coordinadora de las vecinales en la primera intendencia de Juvenal Rimini y se alejó porque, advierte, “tenés que ser serviles a ellos”. Su casa es "la jaboneria de Vieytes". El timbre suena y atiende las necesidades de la gente, incluso de otras zonas de la ciudad, como es el caso de Villa Elvira, a quienes estuvo asesorando. "El espíritu del vecinalista se basa en la solidaridad, dignidad y respeto -enumera-. Ese es el camino que sigo". Militante socialista, Capella trabaja en la Universidad que funciona en el Liceo y sostiene que esta administración "ve alas vecinales como enemigos".
¿Cuando comenzó su tarea como vecinalista?
Para estar en esto hay que tener valores que no son comunes hoy: ser solidario, buen vecino, honrado, digno.
Hay que saber escuchar al otro y trabajar sobre proyectos que nos incluyen de acuerdo a las prioridades de cada barrio. Cuando uno lo que hace es pelear para que su barrio tenga agua, gas, cloacas, seguridad. Como vecinalista tengo antecedentes de armar la Red Solidaria, el Concejo de Seguridad Ciudadana, las Asambleas Interbarriales.
¿Como fue su paso como Coordinadora Barrial?
En el año 2003, cuando Juvenal gana las elecciones, nos reunimos todos los vecinalistas con personería jurídica y pedimos que uno de nosotros tuviera participación dentro del gabinete. Fui elegida para ser un nexo entre las autoridades políticas y los vecinos.
Estuve dos años y fue una experiencia difícil porque se priorizó lo partidario a lo comunitario. Lamentablemente hay una vieja dirigencia que tiene puesta una camiseta. Si bien en el gabinete hay gente de distintos colores partidarios,
las decisiones las toma la cabeza y alguno que la rodean. El resto son serviles. Tuve muchos inconvenientes para trabajar libremente, muchas presiones. No había coordinación ni planificación para que los barrios mejoraran.
Funes tiene un retraso de 20 años.
¿Cuales fueron los motivos puntuales por los que se alejó de la función?
No cumplí con las exigencias de la gente que gobierna. Tenés que ser servil a ellos y decir que si a cosas que deben ser no. Me forme en el vecinalismo y soy incapaz de traicionar a los míos. Hubo varios temas en los que me opuse. Como coordinadora tenia que conseguir las firmas de los vecinos en todos los barrios. Ellos debían saber como iba a ser la obra, cómo se iba a pagar. Nunca estuve de acuerdo que la obra de gas se pague antes de ejecutarse. Y ahí comenzaron las disidencias. Cuando estaba Míguez la obra se pagaba cuando el caño estaba en tu casa. Es una falta de respeto que haya gente que ya termino de pagar y no sabe cuando va a tener el gas. Ahí comenzaron mis discrepancias con Juvenal y con (José Luís) Parrino, con quien mas tenia diferencias por que mi trabajo estaba ligado directamente a la secretaria de Obras Públicas.
¿Que pasó cuando se sancionó la ordenanza que obligaba a pagar antes de tener el tendido?
Me opuse porque no había garantías que se hiciera en tiempo perentorio.
El problema es que no hay gestión. No se siguen los temas en la provincia o la Nación. Y la frutilla del postre para sacarme de la Coordinación, con un argumento muy pueril; fue salir en una foto junto a (Hermes) Binner, a fines del 2006. Soy afiliada socialista, soy del grupo del gobernador, trabaje desde 1996 con el Plan Estratégico y no me avergüenzo. Rimini olvida que este municipio ganó por los votos del socialismo.
Esta gestión ve a los vecinalistas como enemigos, cuando somos nosotros los que muchas veces aportamos la solución porque estamos encima de los problemas. Pero lamentablemente no lo pueden entender y se termina emparchando y haciendo enfrentamiento entre vecinos.
¿Mantiene reuniones con referentes de la ciudad?
La sede de la vecinal funciona en mi casa. Es la Jabonería de Vieytes. No soy prejuiciosa, hablo con todos los que puedan aportar a la ciudad.
Si hay personas que tienen buenos proyectos, que tienen conocimiento y experiencia, yo no tengo problemas en sentarme a cambiar ideas que redundan en beneficios de Funes.
Hay que tener la cabeza abierta. Yo no voy a dejar de ser socialista porque me siente con Marracino, Franza, Roly Santacroce o Juvenal. Si hay una idea superadora, bienvenida. Pero hay una mentalidad cerrada en algunos sectores. El que ocupa un cargo público tiene que saber gestionar para el pueblo. Acá estamos divididos, nos quieren enfrentar con los barrios privados y nada que ver.
Hay gente valiosa, mira el ejemplo de (Juan Félix) Rossetti, una persona emprendedora: que gestionó la red de gas, el agua.
¿Por que nosotros no tenemos la misma calidad de vida que el del barrio cerrado?.
Por que el que nos tiene que gestionar acá no sabe hacerlo.
Otro ejemplo de lucha es Franza. Tenemos agua gracias a el y a su pelea.
Ahora Parrino estará en ASSA.
Ustedes desde el diario tocaron el tema del arsénico. Por el agua hay dos casos de hepatitis en la zona 9.
El agua de Villa Elvira se mandó a analizar y dio un alto grado de contaminación bacterio1ógica. Ahora dicen que Parrino ocupara un cargo allí, pero yo ya no le tengo confianza.
Después de cinco años no me demostró intencionalidad de resolver las cosas. La situación de Parrino no es clara, si esta o no. Alguien, en Obras Públicas, tiene que estar. Es fundamental. Si hoy no saben cómo reemplazarlo es porque hay gente idónea que no quiere comprometerse a una gestión que no es transparente.
El año próximo hay elecciones para concejal. ¿Le gustaría postularse?
Seria interesante, pero como dijo Mónica (Tomei)
el concejo esta planchado. O se hace lo que dijo el ejecutivo o no tenés participación. Y a mí me gusta hacer gestión.
No sirvo para calentar una banca. Por eso me gustaba la Coordinación, porque estaba en contacto con la dirigencia y con los vecinos.
Pero este gobierno no entiende, como si lo entendió Rosario: la integración, el presupuesto participativo. Hay una mirada superadora y
en Funes no surgió un líder que pueda tener ese perfil. Hay que integrar políticas públicas con lo privado y eso es algo que no se tiene en cuenta.
Te cuento un ejemplo que sintetiza todo: hubo un proyecto para instalar en las diez hectáreas que por ordenanza donó Rossetti, un Hospital Oncohemato1ógico infantil, como el Garrahan de Buenos Aires. Por la cercanía al aeropuerto, las vías de acceso. Finalmente se hizo en Carcarañá, lo perdimos, fue en la primera gestión de Juvenal. ¿Que es lo que nos frena?