lunes, 15 de septiembre de 2008

Un señor tecladista


El tecladista Richard Wright, miembro fundador de la legendaria banda de rock británica Pink Floyd, falleció a los 65 años víctima del cáncer.

Como tecladista y compositor, Richard Wright ayudó a crear el sonido psicodélico pionero que convirtió a Pink Floyd en una de las mejores bandas del mundo.

En ocasiones sus atmosféricos órganos y sintetizadores, cargados de influencias del jazz, estaban en el primer plano de los temas de la banda. Otras veces brindaban un trasfondo fantasioso en el que el resto del grupo se podía sumergir. Wright estudiaba arquitectura en el "Regent Street Polythenic" de Londres cuando conoció a Nick Mason y Roger Waters.

En 1965 formaron los Architechtural Abdabs y posteriormente se les unió el estudiante de Artes Syd Barret para crear Pink Floyd. Se dieron a conocer en la escena artística underground de Londres "tocando música que las compañías disqueras no podían entender", como más tarde lo señaló el propio Wright.

"Nunca tuvimos el deseo de ser famosos, de ser estrellas de rock and roll", indicó. Según sus propias palabras, el estilo musical de grandes del jazz como Miles Davis fue lo que más influyó en su forma de tocar los teclados.

Un error
Barret fue la fuerza creativa que lideró al grupo en sus inicios, pero el consumo de drogas lo llevó a un deterioro mental. El resto de la banda, sin embargo, no cayó en el uso de drogas duras.

Wright probó ácido dos veces. La primera fue antes de estar en la banda, en lo que describió como una experiencia "muy placentera". La segunda no lo fue y lo hizo alejarse de por vida.
"Es un error pensar que las drogas suministraron la inspiración de Pink Floyd", dijo. "Los que tomaban las drogas eran los asistentes a los conciertos".

Sonido redefinido
Después de la salida de Barret y la llegada del guitarrista Dave Gilmour, la banda comenzó a redefinirse a finales de los '60 y comienzo de los '70, alejándose del pop excéntrico hacia el rock progresivo.

Además de participar con sus teclados y con su voz como acompañamiento, Wright escribió varias de sus canciones. Entre ellas se incluyeron la pieza instrumental de 13 minutos Susyphuis del disco Ummagumma de 1969 y Summer'68 de Meddle, el primero de los álbumes de la banda que ocupó el número uno.

Álbum récord
El siguiente disco, Dark Side of the Moon, de 1973, fue su obra maestra.

Wright fue coautor en la mayoría del álbum, incluyendo los temas Breathe, Time y Us and Them, pero su contribución más importante fue The Great Gig in the Sky.

Se trata de uno de los álbumes más populares de todos los tiempos y permaneció entre la lista de los 200 más vendidos durante 15 años.

El grupo se convirtió en una de las grandes bandas de los setenta y siguió editando discos, mientras que Wright también prosiguió una carrera como solista.

Sin embargo, las relaciones entre los miembros de la banda comenzaron a deteriorase y Waters despidió, de hecho, a Wright después del álbum de 1979 The Wall. Waters amenazó con no lanzar el álbum si Wright se negaba a renunciar, señaló luego el tecladista.

"Hubo un gran choque de personalidades entre Roger y yo y finalmente me di cuenta que no podía trabajar con esta persona de todos modos, así que me fui".

Sin Waters
Los otros miembros de la banda también se pelearon con Waters y en 1986 Gilmour y Mason comenzaron a trabajar en un nuevo disco sin él.

Wright se reunió con ellos y continuaron grabando y dando giras con el nombre de Pink Floyd, luego de una larga batalla legal con Waters.

Juntos hicieron dos discos más y dieron más de 100 conciertos en la gira para promocionar The Division Bell en 1994, que se convirtió en el tour más lucrativo del rock de la época.

Después de eso, la banda entró en la inactividad. Wright lazó otro disco como solista y terminó relajándose con su yate de 65 pies en las Islas Vírgenes.

Navegar era su "terapia y consigue liberar todas las presiones que uno siente en este negocio", indicó.

Wright se unió a su ex compañeros de grupo, con la excepción de Barret, una última vez en el Live 8 de Hyde Park en 2005. Desde entonces se especuló continuamente que el grupo podría volverse a reunir para hacer una gira. Pero con la muerte de Wright se cierra un capitulo de enorme importancia en la historia de la música británica.
Y nos quedamos con las ganas. Con la partida de Rick sabemos que mas allá de las voluntades de Gilmour, Waters y Mason, Pink Floyd no volverá a reunirse.

Yo me quedo con esas últimas imagenes, en la tarde-noche de sabado de 2005, en London, casi en el cierre del Live 8, con la piel de gallina por escuchar a estos "Señores del Rock".

La buena música, esas grandes bandas, nunca mueren. Nunca desaparecen. Siempre viviran en quienes las supimos disfrutar.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Te falto citar la de donde hiciste el Copy & Paste

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