El temporal desnudó la necesidad de planificación.
El avance de barrios en zonas bajas sin control de los gobiernos entorpece el
escurrimiento del suelo. Si bien no sería una solución definitiva, el Aliviador 3
ayudaría a mitigar el impacto de futuros temporales pero, pese a estar adjudicada,
la obra está frenada.
Autor: Noelia Sciarratta
Fuente: punto biz
El fuerte temporal de lluvia y viento que se desató el domingo por la noche desnudó la falta de obras clave para contener el avance del agua en las zonas aledañas a las cuencas de los arroyos Ludueña y Saladillo. Esos terrenos, históricamente señalados como bajos, fueron el epicentro del desarrollo urbano de los nuevos loteos, barrios abiertos y privados que se vieron desbordados por el agua producto de la ausencia de planificación de gobiernos locales que autorizaron su ejecución y un Gobierno provincial que hizo la vista gorda en los controles.
La situación había sido advertida ya en 2010 por un estudio realizado por el Departamento de Hidráulica de la Facultad de Ingeniería de la UNR, donde se había puesto de manifiesto que “la conjunción de factores tales como importantes procesos de urbanización, canalizaciones (planificadas y clandestinas), rurales y urbanas, drenaje de bajos naturales y modificaciones en la práctica del uso de las tierras rurales están produciendo un paulatino aumento de los caudales máximos de escurrimiento superficial, como así también del volumen de escurrimiento para lluvias de gran magnitud”.
Es por eso que hoy la lupa está puesta en los trabajos que hacen falta para evitar que esos terrenos vuelvan a inundarse ante una inclemencia climática similar, y allí es cuando surge la importancia del Aliviador 3, una obra que fue licitada y adjudicada a la UTE Obring-Edeca pero que nunca se terminó de concretar debido al retraso que sufrió la obra pública este año.
De hecho, los diputados provinciales Alejandra Vucasovich y Federico Angelini presentaron ayer un pedido de informes donde le preguntan al gobernador Antonio Bonfatti por el grado de avance y de ejecución de diversas obras hidráulicas anunciadas por el Gobierno de Santa Fe en departamentos del sur de la provincia, tales como el ensanche, el mantenimiento y la limpieza de los canales Salvat, Ibarlucea, de la Legua y de la Media Legua y sus subsidiarios y el Conducto Aliviador 3 del Arroyo Ludueña, a raíz de los anegamientos de vastos sectores urbanos y rurales en los distritos Rosario, Funes, Roldán, Ibarlucea y San Jerónimo Sud.
"Tal como sucede con otras obras públicas fundamentales, como el Hospital Regional de Rosario o el Centro de Justicia Penal, por citar algunas de las más trascendentes, la del Conducto Aliviador 3 del Arroyo Ludueña fue proyectada, licitada y adjudicada, pero desde hace más de un año está paralizada por falta de fondos y esto genera zozobra en una amplia zona del noroeste de la ciudad de Rosario, y los barrios de Empalme Graneros y Ludueña tienen aún fresca la imagen del año 2007, cuando el ya superado Aliviador 2 estuvo a punto de desbordar", enfatizaron los legisladores provinciales.
Asimismo, el bloque de concejales del Partido Progreso Social (PPS), Héctor Cavallero y Fernanda Gigliani, presentó un proyecto de decreto a través del cual se le requiere a la Intendencia la revisión de los Estudios Técnicos que posibilitaron la modificación en los usos del suelo en la zona rural de Nuevo Alberdi, transformando una gran porción de esos predios en urbanizables. “Como la realidad lo indica, la zona rural de Barrio Nuevo Alberdi sigue siendo inundable, por lo que le pedimos a los gobiernos tanto municipal como provincial, que otorguen prioridad a las obras del Aliviador 3 para dar solución definitiva a la zona”.
“Fuimos críticos, tanto de los estudios como de la interpretación que diera el departamento ejecutivo a los mismos. Estaba claro que la única forma de resolver la situación de inundabilidad de esas tierras era con las obras definitivas del Aliviador 3, que llevaran las aguas al río Paraná. También era evidente que las rectificaciones y otras obras encaradas en los canales Salvat e Ibarlucea, si bien eran necesarias, nunca iban a resultar suficientes. Por eso mismo nuestro bloque votó en contra de las modificaciones que planteaba la Ordenanza 8876/11”, recordaron los ediles del PPS.
Otro que salió a pedir por las obras del Aliviador fue el presidente del Bloque Encuentro por Rosario, Diego Giuliano: “Los reclamos realizados por las vecinales de innumerables barrios de Rosario afectados por la cuenca del Ludueña hace necesario que la Provincia realice las obras del aliviador Nº 3 en su primera y segunda etapa, a fin de evitar el impacto de los efectos climáticos y la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran los barrios ante el desborde de las aguas del Ludueña”.
Por su parte, el ex presidente de Aguas Provinciales y actual titular del Instituto de Desarrollo Regional de Rosario (IDR), Juan Venesia hizo hincapié en la “expansión de desarrollos inmobiliarios y loteos sin planificación, donde se sabe desde décadas cómo drenan y trabajan las distintas cuencas”, un fenómeno que termina afectando a decenas de miles de personas. “La ciudad no es el simple éjido territorial del municipio, sino que vivimos en un espacio urbano, entonces la falta de planificación de un lugar termina afectando a todo el sistema”, consideró.
“Los desarrolladores tienen una altísima cuota de responsabilidades pero es el Estado el que abandona las responsabilidades que tiene que tener. No se pueden hacer asentamientos casi tan grandes como una ciudad sin ninguna planificación, ya que si se permiten loteos en zonas bajas potencialmente inundables, hay que tener drenajes y canales actualizados y hoy no los hay, por lo tanto no hay obras planificadas para que esto no vuelva a suceder”, sumó Venesia.
Consultado acerca de la importancia del Aliviador 3, consideró que si bien en términos de desagüe y escurrimiento de las cuencas hay políticas parciales como los aliviadores, debería existir también una acción de parte de los gobiernos locales que incluya una serie de obras fundamentales, como el mantenimiento sobre los canales principales para evitar la irrigación y los canales clandestinos, o el saneamiento de las cuencas, obras que según Venesia, hoy no existen. “Recién ahora están yendo ingenieros para ver cómo se pueden generar drenajes mas rápidos”, especificó.
Más de $200 M invertidosAyer al mediodía se reunió la Junta Provincial de Protección Civil, de la cual participaron los intendentes de las 16 localidades afectados por el temporal y los principales funcionarios provinciales de las áreas afectadas a las tareas de asistencia, y en el marco de ese encuentro se discutió acerca de la búsqueda de soluciones de fondo, como aliviadores y obras de infraestructura.
En esa reunión, desde la Secretaría de Aguas se brindó información de los sistemas de alertas en la cuenca del Arroyo Ludueña, y el Arroyo Saladillo. Así, en lo que hace a la cuenca del Ludueña, los sensores ubicados en la presa de embalse, la presa de descarga (Funes), el cauce principal del Arroyo Ludueña, Canal Peretti (Pérez) y en camping Ibarlucea, mostraban ayer que los niveles máximos de caudal registrados habían comenzado a descender.
En cuanto a los niveles del Río Carcarañá se informó una tendencia creciente atenuada, “esto quiere decir que se elevaron los niveles de agua por el natural escurrimiento del cauce frente a estos fenómenos climáticos, pero que a partir de las 9 de ayer comenzó a atenuarse, tendiendo a que comience a bajar el pico máximo”, indicaron.
“Hicimos obras por casi $200 M, y ahora estamos haciendo el Aliviador 3, y seguramente después harán falta otras obras, pero llega el momento en que debemos pensar si esto se soluciona solo con obras”, señaló Ciancio, al hacer mención a la necesidad de una planificación más ordenada de la región, sin dar más detalles.