La oposición de la actual conducción del Colegio quiere despegar a la institución del polémico dictamen
sobre supuestas irregularidades y dice que fue una
movida personal del presidente Edgardo Bagnasco.
La oposición dentro del Colegio de Arquitectos de Rosario desvinculó de la entidad el dictamen que algunos profesionales elaboraron para señalar irregularidades en nueve emprendimientos inmobiliarios de Funes.
Muy calmo y reflexivo, el ex candidato Daniel Weisburd, que compitió en elecciones contra el actual presidente Edgardo Bagnasco, afirmó que “es una disputa entre los dueños de los terrenos y algún directivo del Colegio”, pero que el cuerpo de profesionales “no tiene nada que ver con el informe”.
“En el Colegio, oficialmente, no hay nada. Fueron todas declaraciones personales de Bagnasco; una conferencia de prensa organizada por él y la agrimensora (Liliana Pasinato), pero del Colegio no hay ninguna aparición concreta, no hay nada publicado en ninguna parte”, hizo su descargo Weisburd.
Según el ex candidato de la lista opositora, un informe de las características del presentado por el titular del Colegio no tiene validez sin la firma de quien suscribe. “El Colegio como institución no tiene competencia para efectuar el dictamen. Es necesaria la firma de un profesional”, explicó a punto biz. De hecho, el informe que presentaron Bagnasco y Pasinato no está firmado por ningún matriculado, ni avalado por los Colegios de Arquitectos y Agrimensores.
Ante esta situación –explica Weisburd-, los arquitectos opositores a la gestión actual “no hemos hecho nada en especial, porque pareciera que cualquier cosa es perjudicial para el Colegio, cuando en realidad ese dictamen es algo personal de un directivo, y no de la institución”. Además, contó que, si bien “se bajaron bastante los decibles, a los colegas estas cosas no les cayeron muy bien”.
El arquitecto rosarino adjudicó el origen del dictamen a una “relación personal o política con la concejala (Mónica Tomei)”. “Según lo que me comentaron, al informe lo publicaron así como vino”, dijo el profesional, y agregó que “en parte” Bagnasco llevó adelante la presentación “porque le gustan las candilejas”.
Por otro lado, Weisburd consideró que “es muy extraño” que los loteos de Funes presenten irregularidades. “Hay muchos profesionales metidos, y no creo que alguien salga a hacer un negocio tan grande sin asegurarse de que esté todo en regla. La única que puede ser una irregularidad es que se trata de fideicomisos, pero eso es intrascendente, porque le da mayor seguridad jurídica a los inversores”, observó el arquitecto.
No obstante, más allá de las sospechas de una movida política, el colegiado esgrimió que el leit motiv del dictamen puede tener asidero en la búsqueda de evasión fiscal dentro de los emprendimientos inmobiliarios. “Como la Municipalidad no ingresa a los barrios, se pueden presentar permisos de edificación que no se correspondan con lo que se construye”, deslizó el arquitecto, y agregó que “en este caso, en el informe se tendrían que tirar contra los propios profesionales que están construyendo, y no contra los desarrolladores”.
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