Mónica Tomei, intendenta de esta localidad, aseguró que su municipio
no dejará “caer ningún emprendimiento” pero que no concederá
excepciones a la ordenanza que regula los desarrollos urbanísticos.
La funcionaria calculó que el 90 por ciento de los loteos aprobados
por la gestión anterior violan la normativa vigente y que su administración
impidió un faraónico proyecto para urbanizar un campo de más de 380 hectáreas.
Sebastián Stampella
Cruz del Sur
no dejará “caer ningún emprendimiento” pero que no concederá
excepciones a la ordenanza que regula los desarrollos urbanísticos.
La funcionaria calculó que el 90 por ciento de los loteos aprobados
por la gestión anterior violan la normativa vigente y que su administración
impidió un faraónico proyecto para urbanizar un campo de más de 380 hectáreas.
Sebastián Stampella
Cruz del Sur
La intendenta de Funes, Mónica Tomei, afirmó que si bien no dejará “caer ningún emprendimiento” inmobiliario en esa localidad, no hará excepciones a la ordenanza que regula la urbanización de la tierra. La funcionaria denunció que el 90 por ciento de los loteos realizados en la gestión anterior se hicieron mediante excepciones a esas normativas. En la edición del pasado 4 de abril, Cruz del Sur dio cuenta de las irregularidades que existen en la venta de lotes en proyectos urbanísticos como Tierra de Sueños, en Roldán –sus futuros habitantes no pueden escriturar pese a haber pagado por falta de infraestructura–, o la que planea desarollar en Funes la Cooperativa de Vivienda –pretende levantar 64 casas en dos manzanas–.
“Es impresionante como se está construyendo en Funes. Si bien no queremos dejar caer ningún emprendimiento, sí estamos firmes en hacer respetar las normativas vigentes. Durante mi gestión no hubo ni habrá excepciones”, afirmó Tomei. La ordenanza en cuestión es la 737/11, que impide la subdivisión de lotes, la cual impulsó desde su banca en el Concejo Delibertante y finalmente sancionó apenas asumió como intendenta, en diciembre de 2011. Según denunció, el 90 por ciento de los loteos aprobados durante la anterior gestión municipal –en manos de Juvenal Rimini– se realizaron a partir de excepciones a las normativas comprendidas por el llamado Plan Regulador de Funes.
Meses antes de que asuma Tomei, la Cooperativa de Vivienda Rosario había comprado dos manzanas en Funes con la intención de construir 64 viviendas destinadas a sectores medios. La sanción de la ordenanza que limita la subdivisión de la tierra dejó trunco ese proyecto aún cuando la empresa ya había invertido dinero y adjudicado los lotes. La posición de la intendenta frente a esta situación particular, según explicó, se hace extensiva a cualquier otro emprendimiento de este tipo: “Le pedimos que, para que tengan factibilidad, se adecúen a la ordenanza y que cumplan con la normativa que dispone la Secretaría de Medioambiente provincial porque es mucho el impacto que puede generar en la prestación de los servicios públicos y los problemas que pueden derivar”.
Un caso paradigmático de la voracidad desmedida de los desarrolladores inmobiliarios que ponen el ojo en esa zona y que fue rechazado por el Ejecutivo funense es el que presentó el arquitecto rosarino José María Marchetti para urbanizar las más de 380 hectáreas de la estancia La Polola, ubicada al norte de la ciudad. Según consignó el portal puntobiz la iniciativa estimaba una inversión total de 120 millones de dólares e incluía escuelas propias, hoteles y museos. El proyecto fue presentado sin suerte ante el Concejo Deliberante como una futura “unidad urbanística” que convertiría a Funes en una “ciudad satélite, superando la actual tendencia como ciudad dormitorio”. Tomei dio a este medio que dar lugar a una propuesta de este tipo sería “una locura”, ya que prácticamente significaría levantar una ciudad aparte a la que no se podría abastecer con los servicios. “Con el dueño llegamos a la conclusión de que un buen proyecto sería destinarlo a chacras de entre 1.000 y 5.000 metros cuadrados con lo cual habría un bajo impacto medioambiental y no generaría problemas de abastecimiento”.
Una de las obras de infraestructura que en poco tiempo permitirá a Funes paliar en parte el déficit en el servicio de agua potable es la instalación de una planta potabilizadora con el sistema de ósmosis inversa que será costeado entre Aguas Santafesinas, el municipio y los desarrolladores inmobiliarios. Según precisó Tomei, estos últimos lo harán según la cantidad de lotes con que cuenten. “La idea es que estos emprendimientos aporten para que nuestra ciudad tenga mejores servicios”, comentó.
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