miércoles, 20 de junio de 2012

Tres delincuentes robaron una casa de Funes pero los apresaron al escapar


"En un momento me les planté y le quise arrebatar el arma a uno de ellos. 
Pero no pude y me cachetearon y me patearon en el piso. 
Se quedaron unos 15 minutos que fueron eternos". Así recuerda Alejandra.

Por Leo Graciarena
Diario La Capital



Alejandra junto a su esposo y su hijo, víctimas del audaz atraco. (Foto: Celina Mutti Lovera
"En un momento me les planté y le quise arrebatar el arma a uno de ellos. Pero no pude y me cachetearon y me patearon en el piso. Se quedaron unos 15 minutos que fueron eternos". Así recuerda Alejandra el mal momento que vivió junto a sus dos hijos el lunes a la tardecita en su casa del arbolado barrio Los Troncos, en Funes. Cuando la mujer ingresaba a su señorial vivienda con sus hijos de 6 y 14 años, fueron sorprendidos por tres hombres armados que los maniataron con precintos plásticos y que, ante la carencia de dinero en efectivo en el domicilio le robaron tan sólo una notebook, que era del más pequeño de la familia.

Con ese magro botín los ladrones huyeron en un Fiat Uno color gris y en el cruce de Urquiza y Fuerza Aérea, en el límite entre Funes y Rosario, fueron interceptados por un móvil del Comando Radioeléctrico que acudía en ayuda de la familia asaltada. Ahí comenzó una intensa persecución que finalizó en uno de los barrios que está en inmediaciones del estadio mundialista de hóckey, en la zona oeste rosarina. En el auto viajaban cuatro hombres de entre 18 y 21 años, quienes fueron detenidos y acusados de integrar "La banda del Fiat Uno".

Seguidilla. La banda en cuestión, además del asalto a la vivienda de Alejandra, es investigada por un robo ocurrido el lunes por la mañana en San Marcos al 1800, también de Funes, y en el cual con un modus operandi similar se llevaron 1.500 pesos, dos consolas de audio y un Ford EcoSport. Horas más tarde, ese auto apareció estacionado en barrio Tango, ubicado a pocas cuadras del lugar donde ayer apresaron a los muchachos.

Esos dos casos se investigan en el juzgado de Instrucción 9ª, a cargo de Javier Beltramone. Pero además, la banda es investigada por al menos otros tres hechos denunciados en los juzgados de Instrucción 6ª, 7ª 8ª: dos en Granadero Baigorria, el 29 de mayo y el 17 de junio; y otro en el barrio Los Eucaliptos de Ibarlucea, el 4 de junio. También podrían agregarle a la lista el robo de un auto Audi A4 sustraído en el kilómetro 4 de la ruta nacional 34, en jurisdicción de la subcomisaría 2ª del barrio Nuevo Alberdi, y cometido una hora más tarde del robo en Ibarlucea.

El último golpe. Leloir al 2000, en Funes, es un barrio de aparente calma, con calles arboladas y ubicado entre la ruta 9 y la autopista a Córdoba, a dos cuadras del Liceo Aeronáutico. En ese lugar, desde hace cinco años, Alejandra reside en un coqueto chalé con su marido y sus dos hijos. El lunes, a las 17.30, la mujer se subió a su cuatriciclo y manejó las cuatro cuadras que separan su casa de la ruta 9 para ir a buscar a su hija que regresaba de la escuela. Cuando la joven llegó, regresaron en el cuatri hasta la vivienda. "La tarde estaba fría y fea, con llovizna. Cuando llegamos no ví a nadie en las inmediaciones y abrí el portón con el control remoto. Cuando se estaba cerrando aparecieron dos tipos apuntándonos con armas. Luego se metió un tercero. Ellos habían dejado el auto bastante más adelante del portón", explicó Alejandra.

Así fue que la mujer y sus dos hijos quedaron en manos de tres ladrones con sed de dinero. Lo primero que hicieron fue maniatar a sus víctimas con precintos plásticos. "Querían plata y estaban apurados. Lo único que querían era efectivo. Entonces yo les dije: «Bueno, si hay plata yo te ayudo a buscar»", rememoró Alejandra que le dijo a los ladrones. Como dinero no había, uno de los maleantes agarró una notebook que era del menor de la familia, un pequeño que padece una discapacidad madurativa. "Mi hijo se puso muy mal porque no entendía el por qué. Pero el ladrón se llevó la notebook igual", recordó la madre del pequeño. "Por momentos eran educados y por otros eran muy desprolijos. Se llamaban por sus nombres de pila. A uno se le cayó el arma, entonces yo se la patié y lo quise sacar para el patio. Ahí me agarraron a cachetadas y me pegaron unas patadas en el piso", explicó la mujer.

Los ladrones. Cuando los ladrones se convencieron de que no había dinero, se fueron de la casa saltando el portón que estaba cerrado. Después subieron al Fiat Uno gris y terminaron presos. Fueron identificados como Miguel Angel S., de 18 años, quien tiene prontuario abierto con media docena de antecedentes, entre ellos varios con el uso de armas de fuego; Nelson Ariel C., de 19 años, quien también tiene prontuario. Ambos residen en una vivienda de José Ingenieros al 8400, en Rosario. También fueron detenidos Maximiliano Ramón F., de 18 años y domicilio en Maradona al 1100 bis, y Rubén Darío R., de 21 años, con domicilio en Pasaje 1655 al 1200, a metros de donde fue interceptado el Uno gris. Estos dos últimos no tenían antecedentes. Se les secuestró la notebook robada, un cuchillo de 15 centímetros de hoja y dos revólveres calibre 32, uno corto y el otro largo.

"La policía nos dijo que sólo tenía una bala en el tambor. Pensá si se les escapaba ese tiro, destruían una familia. Si el balazo me pegaba a mí, iban a dejar a dos chicos huérfanos. Es muy fuerte pensar que por una cosa como esta pueden arruinar una familia", explicó Alejandra. Los cuatro detenidos quedaron a disposición del juez Javier Beltramone y habrá que esperar si alguno de los otros juzgados los requieren por los delitos por los cuales se los investiga.



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