El futuro piloto comercial de 21 años, ciudadano peruano, primero se
inquietó cuando escuchó una voz conocida y después se sorprendió
cuando se percató de que el intruso que lo encañonaba con un arma.
Fuente: Diario La Capital
El curioso atraco ocurrió ayer en una casa de Funes donde viven jóvenes
extranjeros que estudian para ser pilotos de avión para vuelos comerciales. (Foto: Néstor Juncos) |
Sin embargo, los jóvenes salieron tras los pasos de los ladrones y los atraparon cuando se disponían a subirse a un colectivo del transporte interurbano de pasajeros. Al verse rodeado, el maleante dijo que iba a devolver los objetos robados. En ese momento, los estudiantes se dieron cuenta de que estaban frente a ladrones inexpertos: la pistola calibre nueve milímetros que exhibió el maleante era de juguete. Entonces no les resultó difícil obligar a los ladrones a tirarse al suelo hasta el arribo de una patrulla que los llevó detenidos.
Residencia estudiantil
La curiosa historia ocurrió en una casa situada en Yaciretá 1727 de Funes, en una calle de tierra de dos cuadras que atraviesa la ruta 9. La propiedad, con un amplio jardín al frente y una pequeña piscina, alberga a doce alumnos de Flying Time, una escuela internacional de aviación que forma pilotos comerciales. Los estudiantes llegaron de Ecuador, Perú y Colombia, países donde es mucho más caro costearse esta carrera.
Cuando se despertó a las 7.30 de ayer, Nicolás encendió su computadora portátil con la intención de contactarse con su familia. Pero no tuvo tiempo de hacerlo. En su habitación irrumpió un hombre.
Al piso
"Escuché que abrían la puerta de mi cuarto. Me levanté, caminé unos metros por el pasillo y en ese momento esta persona me apuntó con el arma en el pecho y me dijo «tírate al piso». Me amarró con precintos plásticos en las muñecas y en los pies mientras una de las chicas me amenazaba con un cuchillo de cocina", recordó Nicolás, que a fin de mes, cuando regrese a su país, podrá pilotear un avión comercial.
La misma suerte corrió su compañero de habitación. Al muchacho lo maniataron y le pusieron un trapo en la boca y los ojos. Mientras esto ocurría los otros jóvenes dormían ajenos al atraco.
Sin obstáculos a la vista, los intrusos se apoderaron de ocho computadoras portátiles, un reloj valuado en 500 dólares y cuatro celulares Black Berry.
En zig zag. Nicolás logró zafarse de sus ataduras y salió a la calle. Entonces pudo ver a los ladrones cuando habían llegado a una garita que bordea a la ruta 9. El joven despertó a un par de compañeros y corrieron tras los asaltantes.
"Se fueron en zig zag entre las casas, llegaron hasta un supermercado y allí cruzaron. Se pararon frente a un colectivo de (la empresa) Las Rosas. Empezamos a gritar que eran chorros. El hombre se había colgado del estribo y una de las chicas se cayó al suelo. Entonces, él se bajó y nos aseguró que nos iba a devolver las cosas", recordó.
Sin embargo, los tres ladrones continuaron con movimientos zigzagueantes unos metros hasta que finalmente fueron alcanzados por los estudiantes. No les quedó otra que devolverles a sus víctimas los objetos que les habían sustraído.
Los jóvenes retuvieron al trío en el suelo y así esperaron el arribo de un patrullero del Comando Radioeléctrico.
Los tres inexpertos ladrones terminaron en la comisaría 23ª de Funes, donde fueron identificados como Miguel G., de 35 años; Natalí Débora P., de 20, y una adolescente de 15 años.
Roban con arma de juguete a extranjeros en Funes
Ocurrió en Yaciretá al 1700, donde un grupo de jóvenes estudiantes de
distintas nacionalidades fueron sorprendidos por tres ladrones, que los
ataron
y se llevaron notebooks y celulares, según confirmaron fuentes
policiales a El Ciudadano.
Luego fueron detenidos y las víctimas
reconocieron a uno de ellos
como albañil que había trabajado días atrás
en el lugar.
Fuente: Diario El Ciudadano
Una historia de película se desarrolló en apenas unos minutos. Pasadas las 8.30 de esta mañana, tres delincuentes ingresaron a un domicilio donde se encontraba un grupo de jóvenes estudiantes de distintas nacionalidades en Yaciretá al 1700 y, tras atarlos con precintos, se llevaron notebooks y celulares, entre otros objetos de valor.
Los estudiantes, en su mayoría de la escuela internacional de aviación Flying Time, se encontraban algunos despiertos y otros durmiendo cuando llegaron los tres ladrones (dos mujeres y un hombre), quienes con cuchillos y un arma de fuego solicitaban con furia dólares.
Ante la negativa de los estudiantes peruanos, colombianos y paraguayos, los maniataron con precintos y se llevaron los celulares y notebooks que se encontraban al alcance para emprender la huída.
Luego de eso, se desarrolló un forcejeo entre las víctimas y los ladrones, que acabaron siendo perseguidos por los extranjeros, quienes los alcanzaron apenas una cuadra más adelante, en Corpus al 1700 y atraparon a dos de ellos.
Tras el llamado a la policía, un móvil recorrió la zona y detuvo a la restante delincuente.
Fuentes policiales detallaron a El Ciudadano que las dos mujeres delincuentes tienen 15 y 20 años, mientras que el hombre que comandó el robo tiene 35 años.
Lo peculiar de la historia llegaría después del reconocimiento por parte de los estudiantes, quienes se dieron cuenta de que el hombre detenido había trabajado días atrás como albañil en la vivienda de Yaciretá al 1700.
Y, para cerrar una trama de película, la policía informó que el arma no era real, sino que se trató de una pistola de juguete, con la que los malhechores intimidaron a los extranjeros, que fueron claves para la detención.
Quedaron alojados en la comisaría 23, que se encarga de la investigación del curioso caso.
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