Desapareció una adolescente y sus padres temen que la prostituyan. Se llama Melisa Narváez y tiene 13 años. Fue vista por última vez el jueves en un kiosco de avenida Pellegrini y Presidente Roca. Desde hace diez meses chateaba con un hombre que aparentemente es de Uruguay y todo indica que se fue de su hogar para encontrarse con su "amigo virtual"
Melisa Narváez tiene 13 años. Usa el pelo largo en su castaño oscuro original, tiene ojos marrones, mide un metro 60 de altura y pesa aproximadamente 60 kilos. Los que la conocen dicen que le apasiona el animé japonés, que es una nena que cree en fantasías casi de colores y que antes de tener su propia computadora mientras sus amigas salían a bailar ella prefería una única licencia: ir al cyber. Las horas que pasa frente a la computadora le permitieron hacerse de un amigo virtual que viviría en Uruguay y el jueves se escapó de su hogar aparentemente para encontarse con él. Con una mochila cargada de ropa, los útiles de la escuela, dos muñecos de peluche, un puñado de adornitos que decoraban su mesa de luz y el disco rígido de la computadora la chica se fue sin dejar rastro. Sus padres creen que podría ser víctima de una red que recluta jovencitas para prostituirlas en el interior del país.
Según contó Horacio, el padre de Melisa, la chica había conocido a alguien a través de internet y de acuerdo a lo que el hombre intuye ése fue el disparador para que la niña se vaya de su casa. "Desde hace por lo menos diez meses chateaba con una persona que ella definía al principio como un amigo. Se trata de un hombre que vive en Uruguay y ahora suponemos que hasta puede ser mayor que ella", relató con incertidumbre el padre de Melisa en declaraciones a Radio 2.
Aunque la chica les solía contar algunas cosas a los padres nunca dio precisiones sobre la vida de su amigo del otro lado del país. "El primer tiempo lo emocionaba como un amigo, pero hace poco empezó a decirnos que se había puesto de novia. Teniendo en cuenta todo lo que sucede con las menores en el país, la trata de mujeres y la prostitución, siempre la alertamos de cualquier encuentro", dijo el padre. Sin embargo, aunque la chica les prometía que si su amigo virtual la visitaba ella lo conocería acompañada de su padre, madre o alguna amiga, la cosa parece ser que no fue así. "Siempre le hablamos de los cuidados que debía tener con el chat, sobre todo porque las personas no siempre son lo que dicen ser", añadió Horacio, relativamente al tanto de la relación virtual que mantenía su hija adolescente.
Melisa se fugó de su casa el jueves pasado y como si fuera poco se escabulló con el disco rígido de la computadora, prueba fundamental para rastrear a su posible amigo virtual. La chica fue vista por última vez en un kiosco ubicado en avenida Pellegrini y Roca y aunque dejó una carta a su familia aún no volvió a retomar contacto.
"El mensaje decía que iba a estar bien, que sus necesidades básicas iban a estar cubiertas y que iba a mantener contacto con nosotros a través de una amiga. Pero la chica no sabe nada de mi hija y ni siquiera tiene computadora en su casa", lamentó Horacio.
Los que más conocen a Melisa dicen que la chica tiene una debilidad por el animé –los dibujitos animados japoneses reconocidos por sus ojos grandes y redondos y que se hicieron populares a través de series de tevé como Pokemón, Supercampeones y Dragon Ball–. Dicen también que su práctica habitual es pasar horas y horas frente a la pantalla de la computadora para abarcar lo más que pueda del universo mágico de los dibujitos orientales. Hasta aprendió unas pocas palabras en japonés para comprender aquellos materiales que se encuentran en la red pero que llegan sin traducción. "Antes de tener computadora en casa ni siquiera pedía permiso para ir a bailar con las amigas, ella sólo quería ir por lo menos una vez por semana al cyber", expresó el padre.
El jueves la chica se fue de su casa y no volvió. "Tememos que se trate de una red de prostitución, de esas que tratan con chicas, las secuestran y las llevan a trabajar a un prostíbulo del interior del país", dijo el padre.
No todo lo que brilla es oro
Un sondeo sobre uso de internet en el hogar, dirigido a padres y personas a cargo de niños y jóvenes, realizado por la Sociedad Argentina de Pediatría entre septiembre de 2007 y marzo de este año mostró cifras que asustan. El 26 por ciento de los niños reconocieron antes sus padres haber vivido alguna situación desagradable en el chat.
El informe incluyó 857 respuestas de padres y 1.380 de chicos y adolescentes del país. Los resultados de la encuesta arrojaron que el 26% de los niños informaron a sus padres sobre alguna situación desagradable, por acceder a sitios de adultos o chatear con desconocidos.Pero lo más preocupante es que el relevamiento destacó que el 53% de los padres no sabe si sus hijos tienen citas o contactos de internet y alertaron que el 47% de los niños y adolescentes se encuentra alguna vez "cara a cara" con sus amigos virtuales.
Para comunicarse con Horacio Narváez para suministrar información del paradero de la chica llamar al: 0341 - 4827149 / 0341-156 831294)
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