sábado, 8 de marzo de 2008

A veces se debe gritar

A propósito sobre la inseguridad, que tanto nos afecta, he decidido
copiar esta excelente c
arta de lectores publicada en
el Diario La Capital, el 7 de Marzo de 2008.

Días atrás, de madrugada y mientras dormía, tres sujetos forzaron mi puerta, nos maniataron y robaron mientras amenazaban con cuchillos a mí y a mi familia.
No fue casualidad. Si bien los robos siempre existieron, es evidente que cada día van aumentando en cantidad, en ferocidad y, lo peor, en impunidad.
Nos preguntamos ¿por qué?
Ante todo, creo que el robo ya fue adoptado por muchísimos individuos de nuestra sociedad como una forma casi natural de ganarse la vida. Sin culpas ni remordimientos. Amparados en la excusa de la pobreza, que parece justificar cualquier atrocidad.
Los demás –las víctimas y potenciales víctimas– miramos con impotencia cómo ellos se imponen. Logran su cometido, y todo sigue igual.
Y nos deprimimos en silencio.
Es enfermo pensar que esto es normal.
Robar no atempera a la pobreza, ni distribuye mejor la riqueza.
Y es la forma más degradada del ser humano: la rapiña usa el esfuerzo ajeno en beneficio propio, sin importar el daño que produce.
Generalmente, el daño psíquico es enorme, y puede llegar a desequilibrar para siempre a una víctima.
¿No deberíamos gritar que no, que no queremos eso, que quien roba debe ser discriminado como lo peor para una sociedad que quiere vivir en paz ?
¿Y exigir que se lo separe el tiempo que sea necesario para que no lo sigamos sufriendo?
¿Y que se eduque en forma intensiva a quienes no tienen en claro qué valores respetar para una convivencia digna?
Quizás gritando nos hagamos oír. Todos sabemos que una sola voz suele perderse en el ruido de la confusión, y todo sigue igual.

Gustavo E. López
glopezforchino@hotmail.com

No hay comentarios:

Snap Shots

Get Free Shots from Snap.com