domingo, 12 de julio de 2009

El pastorcito mentiroso


Todos conocemos -algunos con mas detalles, otros con menos- la fábula del pastorcito mentiroso, verdad?

Dice la fábula -una de las tantas fábulas de Esopo- que había una vez un joven pastor, que cuidaba un rebaño de ovejas cerca de una villa, alarmó a los habitantes tres o cuatro veces gritando "¡El lobo, el lobo!"

Pero cuando los vecinos llegaban a ayudarle, se reía viendo sus preocupaciones. Mas el lobo, un día de tantos, sí llegó de verdad. El joven pastor, ahora alarmado él mismo, gritaba lleno de terror: "Por favor, vengan y ayúdenme; el lobo está matando a las ovejas."

Pero ya nadie puso atención a sus gritos, y mucho menos pensar en acudir a auxiliarlo. Y el lobo, viendo que no había razón para temer mal alguno, hirió y destrozó a su antojo todo el rebaño.

La moraleja de la fábula es que al mentiroso nunca se le cree, aun cuando diga la verdad.

¿Y que tiene ésto que ver con Funes?, se preguntará Usted.

Pues vea, resulta ser que en Funes, mucha familias -entre las que me incluyo- hemos instalado Alarmas domiciliarias para disuadir los robos. Algunas mas sofisticadas que otras, con mas o menos elementos, algunas con monitoreo satelital, radial o telefónico, pero todas, desde la primera a la última con el mismo fin, reitero, para disuadir a los potenciales ladrones de ingresar a las propiedades.

Los sistemas que tienen contratado monitoreo, suponen una inmediata acción por parte del servicio contratado para tal efecto, el cual llegado el caso y de ser necesario puede enviar hasta la policia al domicilio. Las otras, las más básicas, solamente se reducen a una sirena exterior que supone generará el pánico suficiente para que el ladrón se vea intimidado y huya.

Lo que tienen en común ambas, es que alertan a los vecinos mas cercanos de un potencial peligro en la vivienda afectada. Nos alerta y nos alarma, e inmediatamente la reacción mas instintiva -sea el vecino conocido o no- es cerciorarse de que no haya movimientos extraños en la vivienda afectada.

Ahora bien, cuando por causas propias o extrañas, por fallas del sistema o por la razón que sea, una alarma domiciliaria se dispara o se activa con frecuencia, a diario, o mas de una vez al dia, sin razón o causa aparente, el objetivo del sistema de alarma se desvirtúa y se transforma en una molestia para el vecino, que en lugar de estar atento u observar la vivienda afectada, se vé fastidiado por este recurrente "ruido molesto".

Así entonces llegamos al principio de la historia, a la fábula del pastorcito mentiroso; Resulta ser que tantas veces la alarma se activó "por nada", que el dia que se activa por una razón valedera, digamos un robo o una intrusión al domicilio, la misma pasa totalmente desapercibida porque se ha transformado en algo común.

Creo que todos tenemos un "pastorcito mentiroso" en el barrio.

Yo tengo uno bien cerca, Ud?

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