Profundo pesar en Roldán por la muerte de un médico ilustre

Delcia Karamoschon
Diario La Capital

Profunda conmoción vive la sociedad de Roldán por la pérdida del renombrado médico Fernando Cicchitti, que falleció el pasado miércoles a los 80 años. Luego de su retiro fue declarado ciudadano ilustre en mérito y reconocimiento a su trayectoria profesional y como ser humano en beneficio de la comunidad.

Fue muy admirado por la comunidad médica por sus amplios conocimientos tanto clínicos como cardiológicos y la alta precisión en los diagnósticos.

Médico de cabecera de varias generaciones y un ejemplo del juramento hipocrático que no dudaba en atender en la zona rural donde llegaba en sulky o carro y hasta cuando era convocado de madrugada. En su larga carrera practicó más de mil partos y sin contar con la infraestructura sanitaria adecuada.

Añoranza. Su devoción por la medicina marcó una época que todos recuerdan con añoranza. Fernando se casó con Ruth Tonella y tuvieron dos hijos: Luciano y Verónica. Luego de graduarse en la UNR, en 1958 fue convocado por el primer médico de la comunidad, Jacobo Epelman, con quien dio sus primeros pasos y recibió la enorme responsabilidad de ser su sucesor, tarea que cumplió durante 45 años.

Su imagen es recordada como la de un hombre intachable. Cumplió con esmero la tarea de dirigir el hospital Rural Nº 61 durante 21 años y se desempeñó como médico del nosocomio por 36 años. También fue médico de policía y de los gremios metalúrgico y ferroviario. Activo participante del progreso institucional, formó parte de la comisión de la Sociedad Sportiva Recreativa, el Rotary Club, escuelas, y entidades de bien público.

Luego de su retiro en 2003, fue homenajeado por la comunidad con una cena multitudinaria. Por entonces expresó a este medio que nunca marcó diferencias entre la medicina pública y la privada. "Una de las cosas más caras al hombre es su dignidad y se respeta atendiendo por igual, cualquiera sea su condición económica o social, sin discriminaciones".

"El dinero nunca estuvo primero, siempre el paciente", remarcó ese año y fue claro al expresar que "el médico necesita tener compasión, sentir como propio lo que padece el paciente".