Siete vacunos pequeños holando argentino fueron carneados el miércoles por un grupo de cuatreros. Los animales pertenecen al tambo de José Luis Martinelli, ubicado a 2.500 metros al noroeste de la ruta 9, detrás del cementerio de Roldán. Las pérdidas económicas se calculan en 15 mil pesos.
La denuncia se radicó en el destacamento de la Guardia Rural de San Jerónimo, que investiga el hecho. "Nos enteramos a las 8 del miércoles cuando nos llamó el puestero del campo vecino. Al llegar nos encontramos con una carnicería. Había patas, cabezas y tripas tiradas por todos lados", relató Martinelli.
Los animales estaban en un potrero al que le cortaron los alambres y fueron arriados hasta el campo lindero, donde los cuatreros pudieron trabajar con mayor tranquilidad porque no había personas cerca. Ahí los descuartizaron, aprovechando los mil metros que los separaban de la casa donde reside el responsable del campo.
El procedimiento típico de los abigeatos consiste en acuchillar los tendones del animal para que no pueda escapar y luego degollarlo. Le cortan la cabeza y las patas desde la coyuntura de la rodilla, le sacan las vísceras y sólo se llevan el cuerpo con el cuero.
Si bien el animal para consumo de carne es el de engorde, Martinelli explicó que los delincuentes saben que esos ejemplares no tienen la mansedumbre de los de tambo. "Por eso es más fácil robar hacienda de tambo a pesar de que es más flaca", dijo.
Según datos que llegaron a oídos del propietario, "trabajaron" en el robo de 2 a 3 personas y se sospecha que se desplazaron en una camioneta y una moto.
La denuncia se radicó en el destacamento de la Guardia Rural de San Jerónimo, que investiga el hecho. "Nos enteramos a las 8 del miércoles cuando nos llamó el puestero del campo vecino. Al llegar nos encontramos con una carnicería. Había patas, cabezas y tripas tiradas por todos lados", relató Martinelli.
Los animales estaban en un potrero al que le cortaron los alambres y fueron arriados hasta el campo lindero, donde los cuatreros pudieron trabajar con mayor tranquilidad porque no había personas cerca. Ahí los descuartizaron, aprovechando los mil metros que los separaban de la casa donde reside el responsable del campo.
El procedimiento típico de los abigeatos consiste en acuchillar los tendones del animal para que no pueda escapar y luego degollarlo. Le cortan la cabeza y las patas desde la coyuntura de la rodilla, le sacan las vísceras y sólo se llevan el cuerpo con el cuero.
Si bien el animal para consumo de carne es el de engorde, Martinelli explicó que los delincuentes saben que esos ejemplares no tienen la mansedumbre de los de tambo. "Por eso es más fácil robar hacienda de tambo a pesar de que es más flaca", dijo.
Según datos que llegaron a oídos del propietario, "trabajaron" en el robo de 2 a 3 personas y se sospecha que se desplazaron en una camioneta y una moto.
Fuente Diario La Capital
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