martes, 8 de abril de 2008

Policías en disponibilidad por robar un perro y extorsionar a su dueña

Dos jóvenes suboficiales de la comisaría 23ª de Funes fueron pasados a disponibilidad y son investigados por la Justicia y la División Judiciales de la policía provincial después de haber sido denunciados por robar un perro de raza y extorsionar a su dueña para devolvérselo.

El hecho por el cual ambos uniformados están bajo la lupa ocurrió delante de numerosas personas que ya prestaron testimonios comprometedores para el accionar de los agentes.

Además, uno de los llamados telefónicos que realizaron para exigir dinero a la propietaria del animal, fue escuchado por otra suboficial que también complicó su situación.

A pesar de que todos los involucrados en la historia prefieren guardar silencio y preservar sus identidades por temores lógicos, fuentes policiales y tribunalicias dieron a La Capital suficientes detalles acerca de lo sucedido.

El episodio empezó a tomar forma como algo menor poco antes de las 14 del miércoles pasado en cercanías de una estación de servicios YPF de Funes, aunque con el paso de las horas se convirtió en un verdadero escándalo que se comenta en todos los rincones de la vecina localidad. Allí estaban cumpliendo con su patrullaje de rutina dos suboficiales cuando delante de ellos se cruzó un hermoso perro ovejero alemán de pedigrí, peludo, macho y adulto, que minutos antes se había escapado de la vivienda de sus dueños. Los agentes, ni lerdos ni perezosos, se encariñaron con el animal y aprovecharon que su turno llegaba a su fin para subirlo a un auto particular y llevárselo.

La situación fue observada por numerosos vecinos y comerciantes de la zona que trataron de impedir el robo y que, ante su fracaso, alertaron rápidamente a la dueña del can. Cuando la mujer llegó al lugar ni los policías ni el perro estaban. Pero todos le contaron lo que había ocurrido y ella, entonces, empezó a buscar a su animal por todos lados sin éxito.

La mañana del jueves, la mujer volvió al lugar del cual los policías se habían llevado su perro y se encontró con ellos. Entonces les reclamó la devolución del animal, pero los uniformados —aunque reconocieron habérselo llevado— admitieron que lo largaron a las pocas cuadras porque se había puesto nervioso y los mordía. Con algo de ingenuidad, la mujer entonces les dio a los policías el número de su teléfono celular y les pidió que le avisaran si veían al ovejero alemán.

El llamado.

No pasó mucho tiempo para que la súplica de la mujer tuviera respuesta. Poco después de las 17 del jueves, sonó su celular y del otro lado le respondió una voz femenina. La interlocutora le dijo que un sobrino suyo había encontrado el ovejero alemán y le preguntó cuánto dinero le daba por la devolución del perro. La dueña del animal le ofreció una suma de plata aunque dudando de la maniobra, ya que su celular sólo era conocido por los policías que se habían llevado el can. La mujer que llamó le dijo que lo pensaría y prometió volver a llamarla, aunque no lo hizo.

Así las cosas, la dueña del ovejero fue hasta la seccional 23ª y presentó la correspondiente denuncia por el robo de su perro de raza y la posterior extorsión. Y también lo comentó con otros dos jóvenes policías que cubren el turno tarde del patrullaje en la misma zona donde su animal desapareció.

Esos dos uniformados, dijeron las fuentes, hablaron con los policías sospechados del robo y como toda respuesta también recibieron amenazas. Les dijeron que no se metieran en el asunto porque la iban a pasar mal. Pero estos agentes no se amedrentaron y apoyaron la causa de la dueña del perro.

La amenaza.

En ese marco, la misma tarde del jueves, después de hacer la denuncia, la mujer recibió un nuevo llamado a su teléfono celular. Fue en el momento en que estaba junto a los policías del turno tarde. Al atenderlo supo que la llamada provenía de una cabina pública y que quien le hablaba era el uniformado que se había llevado el perro ante la vista de vecinos y comerciantes de Funes.

Entonces, dicen los investigadores, el policía amenazó a la mujer por haberlo denunciado en la seccional funense demostrando que desde adentro de la comisaría alguien le había avisado de lo ocurrido. En medio de la charla, la víctima de la extorsión le pasó el teléfono a la agente que estaba junto a ella y fue la misma policía, que cumple servicios en una seccional de la zona sur de Rosario, la que simulando ser la dueña del perro escuchó las amenazas proferidas por su camarada de trabajo. Por eso, ella misma decidió acompañar a la mujer a la comisaría una vez más y ampliar la denuncia con su testimonio.

Tras eso, la presentación tomó estado judicial y recayó en el juzgado de Instrucción número 14, a cargo actualmente de María Luisa Pérez Vara, quien le corrió traslado a la fiscal Cristina Rubiolo. Desde los Tribunales, entonces, se ordenó allanar la casa del policía acusado del robo del animal y de las extorsiones y amenazas a su dueña aunque el procedimiento no dio buenos resultados. "El animal no estaba en ese lugar", dijeron los voceros.

En tanto, en el marco de la investigación, el jefe de la Unidad Regional II de policía, comisario mayor Osvaldo Toledo, dispuso el pase a disponibilidad del policía sospechado y de su compañero de trabajo. Esa situación le generó a la dueña del perro nuevos inconvenientes y temores ya que desde entonces se siente intimidada por los agentes en cuestión y tiene temor por lo que le podría pasar ya no al animal sino también a ella y a su familia.

Se llevaron el can “para resguardarlo”

Los dos policías acusados de robar un perro en una estación de servicios de Funes y extorsionar a su dueña brindaron una declaración informativa en la División Judiciales de la Unidad Regional II. Una fuente de la investigación señaló que allí admitieron que recogieron el animal y lo introdujeron en un auto particular que pertenecía a uno de los uniformados, pero explicaron que lo hicieron para resguardar la integridad física del can. También sostuvieron que, luego de recorrer un trayecto no precisado, se desprendieron del pastor alemán con pedigrí, pero aquí el relato se bifurca: no pudieron precisar si el animal "se les escapó o lo liberaron".

El mediodía del miércoles pasado, los dos suboficiales de la comisaría 23ª cuyas identidades no trascendieron patrullaban a pie la ciudad de Funes hasta que llegaron a una estación de servicios YPF y se toparon con el perro. Allí, ante la mirada de numerosas personas, decidieron subirlo al auto y se marcharon en dirección a Rosario. El suceso fue denunciado por la dueña del animal en la seccional 23ª. Cuando el jefe de la policía rosarina, el comisario mayor Osvaldo Toledo, se enteró de la presentación, ordenó que los dos suboficiales fueran pasados a disponibilidad.

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